Ana Luísa Amaral
XXX Premio Reina Sofía
de Poesía Iberoamericana
“La poesía es
en mi vida como respirar,
yo no sé
pensar, ni sentir, sin poesía.”
Ana
Luísa Amaral nació en Lisboa en 1956 y ha sido profesora de Literatura en la Universidad
de Oporto. Ha cultivado diversos géneros: novela, ensayo, teatro, literatura
infantil y, sobre todo, poesía, en la que apuesta por la difícil sencillez, por la
aprehensión de lo cotidiano.
Su
poemario What’s in a name, traducido
por Paula Abramo para Sexto Piso, recibió el galardón de los libreros de Madrid
al mejor libro de poesía del año 2020 y ahora acaba de ganar el Premio Reina Sofía de Poesía
Iberoamericana.
Os proponemos
un acercamiento a esta autora través de dos poemas en los que se plantea cómo
el poeta habita la poesía, al tiempo que, con un lenguaje metapoético,
reflexiona sobre la capacidad de comprensión y expresión de lo cotidiano a
través de la palabra.
Psicoanálisis de la
escritura
Aunque hable de sol y montañas,
aunque cante los pequeños espacios
o las grandes verdades,
todo el poema
habla de aquel
que sobre él escribe.
Cuando las huellas de sí mismo
parecen excluirse de las palabras,
aun así, es a sí mismo a quien describe
al escribirse en el texto
que es escisión de sí.
Todo el poema
es un estado de pasión
cortejando el reflejo
del que lo creó.
Todo el poema
habla de aquel
que sobre él escribe
y así se ama de manera desmedida,
en la medida del verso en que se contempla
y en vértigo
se ahoga.
What's in a name
Pregunto: ¿qué hay en un nombre?
¿De qué espesura está hecho si se
atiende,
en qué guerras se ampara,
paralelas?
¿Linajes, suelos serviles,
razas domadas por algunas sílabas,
pilares de la historia sobre leyes
que en fuego y llamarada se forjaron?
Extirpado el nombre, quedará el amor,
quedaremos
tú y yo, aun en la muerte
aun solo en el mito.
Y aun el mito (¡escucha!),
nuestra fugaz historia
que unos leerán como materia
inerte,
quedará para el siempre del humano.
Y otros
habrán de recogerlo siempre,
cuando su siglo carezca de él.
Y entonces, amor mío, mi mayor fuerza,
seremos para ellos cual la rosa.
O no, cual su perfume:
Ingobernado, libre.