Para cerrar con broche de oro la celebración del tricentenario de la RAE, se acaba de presentar la 23.ª edición del Diccionario de la lengua española. Sus principales novedades buscan alcanzar tres objetivos principales: enriquecerlo, modernizarlo y hacerlo más coherente.
Para ello, el nuevo texto
incorpora 5.000 nuevas palabras (entre ellas birra o blaugrana),
retira 1.350, manifiesta una vocación panhispánica con la incorporación de más
americanismos y depura algunas acepciones sexistas, malsonantes, despectivas. Quizá
este último punto es el que crea más polémica y, al mismo tiempo despierta más
curiosidad. Por ejemplo, de femenino han
desaparecido los adjetivos “débil” y “endeble”. De masculino desaparece “varonil” y “enérgico”. De rural se ha eliminado la acepción de
“inculto, tosco, apegado a cosas lugareñas”. De chusma, que estaba definida como “conjunto de gente soez”, se
ha cambiado por “conjunto o multitud de gente grosera o vulgar”. Todavía quedan
fuera del diccionario unas cuantas palabras de uso habitual, como wasap, link, identitario, pibón, escrache,
etc.
El diccionario en 10 números:
- Edición número 23 del Diccionario de la lengua española
- 22 academias de la lengua
- 13 años de trabajo
- 2.376 páginas
- 93.111 artículos o palabras (el anterior tenía 88.431)
- 195.439 acepciones
- 19.000 palabras y acepciones de americanismos
- 140.000 enmiendas, sobre 49.000 artículos
- 5.000 palabras nuevas
- 1.350 supresiones
- 99 euros cuesta en España (en un tomo) y 70 dólares en América Latina (en dos tomos).
Ahora que los académicos ya estarán
pensando en la edición número 24, te proponemos que tú también colabores y nos cuentes en los comentarios qué palabra nunca debería desaparecer del
diccionario y por qué. Esperamos
tus sugerencias.
La palabra "libertad", porque no concibo una existencia digna sin ella. Ojalá que nunca desaparezca del diccionario de nuestra vida.
ResponderEliminarMe gustaría que no desapareciera la palabra "amistad"; quiero que se conserve para que todos puedan apreciar cuál es su significado y sepan aplicarlo a la vida real.
ResponderEliminar"VIDA" es mi palabra perfecta.
ResponderEliminarMi palabra favorita y que nunca querría que desapareciera del diccionario es "utopía".
ResponderEliminarMe parece la mejor palabra que existe, por cómo suena y por su significado.
Para mí, la palabra que no debe desaparecer del diccionario es la palabra "fútbol", ya que somos muchos los que no nos imaginamos la vida sin él. Es más que un deporte, une a mucha gente, distrae, ayuda a disfrutar y a olvidarse de las preocupaciones, además de ser una actividad bien sana.
ResponderEliminarA mí me gustaría que no desapareciera nunca "añorar" porque es una palabra cuya fonética me parece que reproduce perfectamente ese significado de nostalgia, de recuerdo grabado con una sonrisa y con tristeza, también de vacío en el corazón y esconde mucho sentimiento en una sola palabra. Además tiene la letra "ñ" que le da poesía a la palabra.
ResponderEliminarLa palabra que salvaría es “PAZ”, por lo que significa y por la sensación de tranquilidad, estabilidad y sosiego que transmite.
ResponderEliminarMi palabra favorita es “VACACIONES”, porque no me imagino un mundo sin ellas, se haría muy aburrido y pesado; además, son imprescindibles, pues durante este período de tiempo se descansa mentalmente y se renuevan las energías.
ResponderEliminarEntre mis recuerdos de infancia y aprendidos de mi abuela materna se encuentran una palabra y una expresión muy utilizadas en Tierra de Campos, en las provincias de Palencia y Valladolid: “arambol” y “corito/-a”. La abuela sugería que nos agarrásemos al arambol para no caernos por las escaleras. Es una forma coloquial de denominar a la balaustrada o pasamanos de escaleras. Lo de andar coritos tenía su gracia. En verano andábamos en bañador y entrábamos en las casas de adobe, muy frescas, con el consiguiente peligro de enfriarnos al andar ligeros de ropa o en cueros.
ResponderEliminarSon localismos que por su belleza, en el primer caso, y por lo descriptivo y gracioso, en el segundo, no deberían desaparecer.
Mi palabra favorita es “familia”, ya que es el pilar de todo y siempre va a estar para lo bueno y para lo malo.
ResponderEliminarHay palabras que dejan de usarse cuando su referente desaparece; pero también las hay que se pierden cuando, por razones muy variadas, se sustituyen por otras. Espero que nunca desaparezcan de la lengua española "padre" y "madre" ni las que tienen su mismo significado en las demás lenguas. Si un día se perdieran, ¿en qué palabras se condensarían la verdadera ternura, la generosidad sin límites, la abnegación sin par, la entrega sin reservas, en definitiva: el amor en su plenitud? ¿En cuáles?
ResponderEliminarEntre mis palabras favoritas: "FELICIDAD", la clave de todas las cosas.
ResponderEliminarElijo la palabra onomatopéyica "susurro", porque me gusta cómo suena y que, al tiempo que se pronuncia, haga referencia a su significado.
ResponderEliminarLa palabra que he elegido es "jamba", porque se está perdiendo poco a poco y ya hay demasiada gente que no sabe lo que es ('cada uno de los lados verticales de las puertas o ventanas que sujetan el dintel').
ResponderEliminarMi palabra favorita es "amanecer", ya que representa el comienzo de un nuevo día, el volver a nacer, la idea de empezar de cero.
ResponderEliminarLa palabra que he elegido es "sonrisa". Me parece una bonita palabra. Para mí, la sonrisa es algo que no nos debe faltar nunca y, además, es una de las primeras características que nos llaman la atención cuando conocemos a alguien. Significa alegría, felicidad... La manera que tenemos de mostrar estos sentimientos a los demás es nuestra sonrisa y no hay nada mejor que sentirse bien y enseñárselo al mundo. ¡Sonreíd!
ResponderEliminarElijo "juventud", puesto que representa una de las cosas más ansiadas y valoradas a lo largo de la vida.
ResponderEliminarElijo “ornitorrinco”, porque, aparte de que me gusta cómo suena al decirlo y al escribirlo, es un animal que se encuentra muy rara vez y quizá que desapareciera del diccionario podría significar también que hubiera desaparecido su especie.
ResponderEliminarEspero que nunca desaparezca "harapo", una palabra que mi madre y mi abuela han repetido a lo largo de mi infancia y que se me ha quedado grabada.
ResponderEliminarSalvaría “maestro” y “discípulo” porque entre ellos el proceso de enseñanza / aprendizaje adquiere otra dimensión. Y, sobre todo, las rescato porque se le dio el nombre de “maestro” al hombre más grande que jamás haya existido, Jesús, y de “discípulo” a cada uno de los hombres que ha puesto y seguirá poniendo en práctica sus enseñanzas.
ResponderEliminarDe todas las palabras maravillosas que alberga el diccionario de la RAE, me voy a quedar con "efímero", porque todos los momentos bonitos, todos los momentos que consideramos eternos en la memoria y de los que nos quedamos prendados toda la vida son cortos y pasajeros. La felicidad extrema, los besos, las emociones fuertes... son cosas que disfrutamos con el alma abierta pero que sabemos que no duran para siempre, y menos mal que no es así. Si de verdad todas las cosas extraordinarias de la vida perduraran intocables, no sabríamos apreciarlas. Así que brindo por la sonoridad de la palabra y por todo lo bueno que nos aportan los momentos efímeros.
ResponderEliminarMe gustaría que nunca desapareciera esta palabra referida al sentimiento, que en cada persona es diferente: “afecto” (según el DRAE ‘cada una de las pasiones del ánimo, como la ira, el amor, el odio, etc., y especialmente el amor o cariño’).
ResponderEliminarLa palabra que no quiero que desaparezca del diccionario es “confianza”, porque es lo que necesitamos de los demás para alcanzar los objetivos a los que aspiramos. Pero también precisamos de nuestra propia confianza para lograr lo que nos proponemos.
ResponderEliminarLa palabra que yo salvaría es "respeto" porque es un valor muy importante. Un mundo sin respeto es inimaginable. Creo que es una palabra esencial de nuestro vocabulario, porque a los demás no se les puede tratar con indiferencia, hay que respetar sus ideales y no criticar a nadie por ser de diferente religión, raza, etc.
ResponderEliminarMi palabra es "perseverancia", que nunca perdamos la capacidad o la ilusión de conseguir nuestros objetivos aunque nos encontremos con dificultades.
ResponderEliminarNo quería escoger una palabra por razones sentimentales, sino todo lo contrario, algo práctico, así que he elegido “ergo”, una conjunción que significa ‘pues, luego, por lo tanto’, y que no se utiliza apenas. Nuestro vocabulario tiene una gran diversidad de palabras y, en este caso, de conjunciones, pero algunas se utilizan con muy poca frecuencia y pueden llegar a desaparecer. Para que eso no ocurra, aquí va mi granito de arena.
ResponderEliminarNo me gustaría que desapareciera la palabra "playa”, porque me transporta al verano, al tiempo libre y, sobre todo, a la felicidad. De hecho, a todos, cuando la decimos, se nos pone una sonrisilla tímida, pero significativa.
ResponderEliminar"Zaguán", porque es una palabra muy sonora y describe un espacio de la vivienda muy concreto que se creó para ganar seguridad y privacidad.
ResponderEliminar"Cigüeño" es un invento mesopotámico, también lo utilizaban los antiguos egipcios, para sacar agua de los pozos. Se construye con dos grandes palos, una piedra para hacer de contrapeso y una cuerda. Aún quedan algunos ejemplos por la zona de Sayago en Zamora.
"Ilusión". La cara de un crío al abrir un regalo, ese cosquilleo en la barriga al empezar un viaje y tantas otras cosas. Que no se vaya del diccionario ni de nuestras vidas.
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