RAÚL VACAS
(Salamanca, 1971)
Le dedicamos nuestro Rincón de la
Poesía de este mes de diciembre al poeta Raúl Vacas, un auténtico trovador del
siglo XXI, que el próximo día 20 de diciembre estará con nosotros para guiarnos en un viaje poético a
través de la literatura y de las palabras.
Hasta entonces, y a modo de
aperitivo, os invitamos a degustar dos poemas de su libro Consumir preferentemente (Anaya, 2006).
DESPRENDIMIENTO
DE RUTINA
Todo lo que ahora soy fue herencia de los sueños.
Allí aprendí a sembrar cada palabra usada,
a enmascarar los vértigos y caricias
que olvide en mis labios
y a soportar la noche sin tus manos frías.
Y así me fui exiliando en unos brazos transparentes,
soñé mil y una lágrimas donde nadaban
peces, fui un cadáver.
Pero volviste un día de tormenta
con la pupila acostumbrada
a las bombillas tenues de los bares
y solo me bastaron cuatro besos
para saber que aún
estabas viva en mi memoria.
Después fuimos gastando los minutos,
esclareciendo escamas en la piel
que nunca fueron nuestras,
haciéndonos preguntas sin pensar
apenas en las letras,
reconociéndonos el pulso
en los abrazos rojos.
Y entonces decidí firmar todos
mis besos con tu nombre
y abandonar mi piel entre tus manos blancas
y olvidarme del mar y del pasado.
No sé qué habrá de ser de mí
cuando la noche caiga.
POST-IT
Perdón por el amor que a
veces no sé darte y se evapora.
Perdón por recordarte que el silencio existe,
que la mentira es un artículo de moda,
que tus lágrimas son lluvia destilada.
Perdón por enredarme en el ovillo del orgullo
y descuidar la calma y la ternura.
Perdón por no encontrar la frase exacta
que nos salve del frío y la tristeza.
Perdón por destapar el tarro de los miedos
y dejar que aleteen en tus ojos.
Perdón por no creer en el mercurio y en los puzzles,
por los condicionales simples y compuestos,
por el amor de encargo,
por el miedo al presente y al futuro,
por no traer el pan de esta mañana,
por olvidar el día de tu cumpleaños,
por soñar a escondidas.
Perdón por no llamar a tiempo.
Perdón por levantar el tono.
Perdón por mi descuido y mi torpeza.
Perdón por no decir perdón.
Perdón por recordarte que el silencio existe,
que la mentira es un artículo de moda,
que tus lágrimas son lluvia destilada.
Perdón por enredarme en el ovillo del orgullo
y descuidar la calma y la ternura.
Perdón por no encontrar la frase exacta
que nos salve del frío y la tristeza.
Perdón por destapar el tarro de los miedos
y dejar que aleteen en tus ojos.
Perdón por no creer en el mercurio y en los puzzles,
por los condicionales simples y compuestos,
por el amor de encargo,
por el miedo al presente y al futuro,
por no traer el pan de esta mañana,
por olvidar el día de tu cumpleaños,
por soñar a escondidas.
Perdón por no llamar a tiempo.
Perdón por levantar el tono.
Perdón por mi descuido y mi torpeza.
Perdón por no decir perdón.
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