Este año el tema escogido es “Principios”, palabra polisémica que nos acerca al primer instante de algo, a las normas fundamentales que rigen la conducta o incluso al inicio de algunos libros que hablan de orígenes. Hemos seleccionado estos seis textos para que nuestros alumnos los ilustraran con sus imágenes.
Y esta es la propuesta que nos han hecho las hermanas María y Laura Figuero Casas (de 1º de Bach. C), ganadoras un año más del premio al Mejor Conjunto Fotográfico:
1. En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.
La tierra no tenía entonces ninguna forma;
todo era un mar profundo cubierto de oscuridad y el espíritu de Dios se movía
sobre el agua.
Entonces Dios dijo: “Que haya luz”. Y hubo
luz. Al ver Dios que la luz era buena, la separó de la oscuridad y la llamó
«día», y a la oscuridad la llamó «noche». De este modo se completó el primer
día.
La Biblia, Génesis 1:1
2. Macondo era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.
Gabriel
García Márquez, Cien años de soledad
3. Van forjando al
rocío fondo y forma
en la secreta fragua, […]
Y cómo estos principios se combinan
para pulir, tal piedra de diamante,
el silencio y la rosa
de donde nace al fin, como del poro
de la noche agitada van naciendo
nuestros sueños más íntimos,
esa pequeña gota
destilada en el tallo de cualquier loca avena.
Andrés
Trapiello, “A una gota de rocío”
4. Por dificultades en el último momento para adquirir billetes, llegué a Barcelona a medianoche, en un tren distinto del que había anunciado y no me esperaba nadie. Era la primera vez que viajaba sola, pero no estaba asustada; por el contrario, me parecía una aventura agradable y excitante aquella profunda libertad en la noche”.
Carmen Laforet, Nada
5. En el principio era el amor.En todo tenía su reino.La noche entera era el latidode tan hondo enamoramiento.El amor y las almas, juntosfueron creando el Universo.Las almas fueron su metal.El amor su mágico fuego.En el principio era el amor.Los cuerpos estaban desiertos,y cada cuerpo buscó un almaque lo tuviera prisionero.
José Hierro, “Dos fábulas para tiempos sombríos” (Génesis)
6. Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas.
C.J. Cela, La familia de Pascual Duarte
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