Iniciamos nuestro Rincón de la poesía homenajeando a las mujeres escritoras, con dos poetas recientemente reconocidas por su trabajo con sendos Premios Nacionales, un reflejo del cambio que se está produciendo frente a otras épocas donde tantas escritoras fueron relegadas al olvido.
ICEBERG
Cómo
mirar de nuevo
si aun cuando me froto los ojos
me salen a veces los tuyos.
La
mandíbula del horizonte se llena como un vaso.
Crecer
fue ir por ti
y volver más tarde por mí misma.
Un pez
oscuro visitaba nuestra casa,
nosotros nunca llegamos a verlo.
Tú lo cocías y comías por las noches
y al día siguiente solo quedaban raspas.
Arpas de madreperla de las que arrancábamos notas.
Me
aprendiste de memoria
y si me expulso de mí tu casa siempre está abierta.
Tus
labios no se me ven porque los llevo maquillados.
A veces me los perfilo con colores infrecuentes
para que no se les puedan escuchar las mismas cosas.
Siete octavos, permafrost.
Me eres en el silencio compacto del subsuelo.
Una
linterna alumbrando
de mí hacia mí todas las idas y venidas.
Y por eso,
cómo apoyar los pies
si se fundiese lo invisible.
Cómo del hilo que arranco
tejer un nuevo relato.
Siete
octavos, permafrost, mamá.
Mi
aliento tiene que ver contigo
como esta voz y el lenguaje.
He
dedicado mis oraciones
a ídolos de madera
comidos por la carcoma,
huecos por dentro como huevos Kinder
Fue
quizás esa
la decepción primera de la niña:
que el huevo no era macizo
no era todo de chocolate
Pero traía un juguete
La vida adulta
se articula
sobre una premisa básica:
Nos engañaron
pero nos entretienen
La vida
es vacío y una fina y deliciosa
capa de praliné
***
Ganarse
la vida significa:
que la vida está fuera
que no es tuya que
se la tienes que robar a las oficinas
Buscarla
dentro del huequito de la grapadora
ahí donde se meten las grapas
o debajo de todos los papeles
de esa máquina que hace trizas los documentos
Confeti laboral,
funeral de los árboles
Ganarse
la vida tiene un impuesto muy alto
todo para un viernes de derrumbe
un sábado de descanso
y un domingo invadido por el pánico
a las siete de la tarde
Regala tu
espalda al látigo cinco días a la semana
40 horas de esclavitud al servicio de una pirámide alimenticia
donde los ratones están abajo
y sueñan con ser águilas
Donde
quien es cazado no sueña
con abolir la caza
sino con cargar el rifle
El
progreso se cimenta sobre deseos de venganza
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