Os dejamos una crónica del
encuentro con la escritora Ana Alonso a través de 5 tuits que recogen distintos
momentos de esta interesante visita, de la que hemos disfrutado gracias a la
editorial Anaya.
El jueves 1 de marzo recibimos en nuestro instituto a la escritora Ana Alonso, que charlará con nosotros sobre su novela El sueño de Berlín, de la editorial Anaya.
Ana Isabel Conejo nació en Tarrasa (Barcelona) en 1970, aunque ha residido gran parte de su vida en León. Bióloga de formación, ha dedicado, sin embargo,su vida a la literatura en su triple faceta de traductora, poetisa y novelista.
Ha publicado nueve poemarios y, entre otros, ha recibido premios tan importantes como el Premio de Poesía Hiperión (2005) o el Premio Ojo Crítico de Poesía (2006) por Atlas, el Premio Internacional de Poesía Antonio Machado en Baeza (2007) con su obraRostros, el Premio de Poesía Infantil El Príncipe Preguntón, de la Diputación Provincial de Granada, (2017) porPalabras para viajar y el Premio Internacional Manuel de Acuña (2017) por Todo lo abierto.(Con motivo de estos dos últimos premios, le dedicamos en noviembre nuestro Rincón de la Poesía)
Junto a Javier Pelegrín, es coautora de numerosas novelas juveniles, entre ellas la serie de fantasía y ciencia ficción La llave del tiempoy de otras sagas como Tatuaje, Yinn, Odio el Rosa o La reina de Cristal. En 2008 obtuvieron el Premio Barco de Vapor por El Secreto de If. En 2009, el premio del Templo de las Mil Puertas a la mejor saga juvenil española por La llave del tiempo y en 2015, el Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil con El sueño de Berlín.
"El amor es lo único que crece cuando se reparte".
A. de Saint-Exupéry
Celebramos este 14 de febrero, San Valentín, con una selección de maravillosas historias de amor que habitan en las obras literarias de ayer y de hoy, acompañándolas de algunas de las mejores antologías de poesía amorosa para jóvenes.
Recordamos en este día la
canción de Bob Dylan "Blowing in the wind" con el deseo de que todos los mensajes de paz que hoy laten en el mundo no se queden flotando en el viento.
How many roads must a man walk down
Before you call him a man?
How many seas must a white dove sail
Before she sleeps in the sand?
How many times must the cannon balls fly
Before they are forever banned?
The answer, my friend, is blowing in the wind
The answer is blowing in the wind.
How many years can a mountain exist
Before it is washed to the sea?
How many years can some people exist
Before they're allowed to be free?
How many times can a man turn his head
Pretending that he just doesn't see?
The answer, my friend, is blowing in the wind
The answer is blowing in the wind.
How many times must a man look up
Before he really see the sky?
How many ears must one man have
Before he can hear people cry?
How many deaths will it take till he knows
That too many people have died?
The answer, my friend, is blowing in the wind
The answer is blowing in the wind.
Flotando en el
viento (Traducción)
¿Cuántos caminos debe recorrer un hombre,
antes de que lo llames "hombre"?
¿Cuántos mares debe surcar una blanca paloma,
antes de que duerma sobre la arena?
¿Cuántas veces deben volar las balas de cañón
antes de que sean prohibidas para siempre?
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,
la respuesta está flotando en el viento.
¿Cuántos años puede existir una montaña,
antes de que sea erosionada por el mar?
¿Cuántos años pueden vivir algunos
antes de que se les permita ser libres?
¿Cuántas veces puede un hombre girar la
cabeza,
fingiendo que no ha visto nada?
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento.
La respuesta está flotando en el viento.
¿Cuántas veces debe un hombre levantar la vista,
antes de que pueda realmente ver el cielo?
¿Cuántos oídos debe tener un hombre,
antes de que pueda oír a la gente llorar?
¿Cuántas muertes serán necesarias
antes de que él se dé cuenta de que ha muerto demasiada gente?
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento.
La respuesta está flotando en el viento.
El muro de la paz que han construido nuestros alumnos.
Recordamos
a Ángel González (Oviedo-1925, Madrid-2008) en el décimo aniversario de su adiós, para que su obra nunca
muera en el olvido. Y lo hacemos con una selección de poemas que nos hablan de
este “niño de la guerra” que indagó a través de la poesía en su propia
identidad, en el compromiso social y político y en el sentimiento amoroso.
Para que yo me llame Ángel
González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo el mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...
PORVENIR
Te llaman porvenir
porque no vienes nunca.
Te llaman: porvenir,
y esperan que tú llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
Pero tú permaneces
más allá de las horas,
agazapado no se sabe dónde.
... Mañana!
Y
mañana será otro día tranquilo
un día como hoy, jueves o martes,
cualquier cosa y no eso
que esperamos aún, todavía, siempre.
CUMPLEAÑOS DE AMOR
¿Cómo seré yo cuando no sea yo? Cuando el tiempo haya modificado mi estructura, y mi cuerpo sea otro, otra mi sangre, otros mis ojos y otros mis cabellos. Pensaré en ti, tal vez. Seguramente, mis sucesivos cuerpos —prolongándome, vivo, hacia la muerte— se pasarán de mano en mano, de corazón a corazón, de carne a carne, el elemento misterioso que determina mi tristeza cuando te vas, que me impulsa a buscarte ciegamente, que me lleva a tu lado sin remedio: lo que la gente llama amor, en suma. Y los ojos —qué importa que no sean estos ojos— te seguirán a donde vayas, fieles.
MUERTE EN EL OLVIDO
Yo sé que existo porque tú me imaginas. Soy alto porque tú me crees alto, y limpio porque tú me miras con buenos ojos, con mirada limpia. Tu pensamiento me hace inteligente, y en tu sencilla ternura, yo soy también sencillo y bondadoso. Pero si tú me olvidas quedaré muerto sin que nadie lo sepa. Verán viva mi carne, pero será otro hombre —oscuro, torpe, malo— el que la habita...