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21 de junio de 2025

150 años de ANTONIO MACHADO: Verano


VERANO

Celebramos la llegada de la estación estival, con la poesía de Antonio Machado, al que seguimos recordando en su aniversario. Hoy os proponemos estos fragmentos de poemas del libro Soledades. Con ellos, despedimos este curso y os deseamos un feliz verano.

 

HACIA UN OCASO RADIANTE

Hacia un ocaso radiante
caminaba el sol de estío,
y era, entre nubes de fuego, una trompeta gigante,
tras de los álamos verdes de las márgenes del río.
Dentro de un olmo sonaba la sempiterna tijera
de la cigarra cantora, el monorritmo jovial,
entre metal y madera,
que es la canción estival.
En una huerta sombría,
giraban los cangilones de la noria soñolienta.
Bajo las ramas oscuras el son del agua se oía.
Era una tarde de julio, luminosa y polvorienta.
Yo iba haciendo mi camino,
absorto en el solitario crepúsculo campesino.
Y pensaba: “¡Hermosa tarde, nota de la lira inmensa
toda desdén y armonía;
hermosa tarde, tú curas la pobre melancolía
de este rincón vanidoso, oscuro rincón que piensa!”


INVENTARIO GALANTE

Tus ojos me recuerdan
las noches de verano,
negras noches sin luna,
orilla al mar salado,
y el chispear de estrellas
del cielo negro y bajo.
Tus ojos me recuerdan
las noches de verano.
Y tu morena carne,
los trigos requemados,
y el suspirar de fuego
de los maduros campos.

20 de marzo de 2025

150 años de ANTONIO MACHADO: Primavera

Este año se cumplen 150 años del nacimiento del poeta Antonio Machado y queremos recordarlo, dedicándole cada una de las estaciones de este año con alguno de sus poemas. Iniciamos hoy la primavera con esta...

…TARDE ALEGRE Y CLARA,

CASI DE PRIMAVERA


El limonero lánguido suspende
Ilustración de Leticia Ruifernández. 
 
una pálida rama polvorienta,
sobre el encanto de la fuente limpia,
y allá en el fondo sueñan
los frutos de oro...
 
Es una tarde clara,
casi de primavera,
tibia tarde de marzo
que el hálito de abril cercano lleva;
y estoy solo, en el patio silencioso,
buscando una ilusión cándida y vieja:
alguna sombra sobre el blanco muro,
algún recuerdo, en el pretil de piedra
de la fuente dormido, o, en el aire,
algún vagar de túnica ligera.
 
En el ambiente de la tarde flota
ese aroma de ausencia,
que dice al alma luminosa: nunca,
y al corazón: espera.
Ese aroma que evoca los fantasmas
de las fragancias vírgenes y muertas.
 
Sí, te recuerdo, tarde alegre y clara,
casi de primavera
tarde sin flores, cuando me traías
el buen perfume de la hierbabuena,
y de la buena albahaca,
que tenía mi madre en sus macetas.
Que tú me viste hundir mis manos puras
en el agua serena,
para alcanzar los frutos encantados
que hoy en el fondo de la fuente sueñan...
 
Sí, te conozco tarde alegre y clara,
casi de primavera.

A. Machado, Soledades, VII 

3 de junio de 2024

Centenario de la muerte de Franz Kafka

El término kafkiano remite a una situación absurda, angustiosa. Todo lo que rodea a Kafka es kafkiano, empezando por su obra, que nos ha llegado en contra de su voluntad, pues él pidió a su amigo Max Brod que, a su muerte, quemara todos sus manuscritos, aunque este, afortunadamente, no le hizo caso y hoy, cuando se celebran 100 años de su muerte, podemos seguir disfrutando de sus libros. Queremos recomendaros tres de sus novelas más conocidas, con las que podréis aventuraros en sus desconcertantes universos:

Cuando Gregorio Samsa se despertó aquella mañana, después de un sueño agitado, se encontró sobre su cama convertido en un insecto monstruoso. Estaba echado sobre el quitinoso caparazón de su espalda, y al levantar un poco la cabeza, vio la figura convexa de su vientre oscuro, surcado por curvadas durezas, cuya prominencia apenas si podía aguantar la colcha, visiblemente a punto de escurrirse hasta el suelo. Innumerables patas, lamentablemente escuálidas en comparación con el grosor ordinario de sus piernas, ofrecían a sus ojos el espectáculo de una agitación sin consistencia.

Alguien tenía que haber calumniado a Josef K. pues fue detenido una mañana sin haber hecho nada malo. La cocinera de la señora Grubach, su casera, que le llevaba todos los días a eso de las ocho de la mañana el desayuno a su habitación, no había aparecido. Era la primera vez que ocurría algo semejante. K esperó un rato más. Apoyado en la almohada, se quedó mirando a la anciana que vivía frente a su casa y que le observaba con una curiosidad inusitada. Poco después, extrañado y hambriento, tocó el timbre. Nada más hacerlo, se oyó cómo llamaban a la puerta y un hombre al que no había visto nunca entró en su habitación.

Cuando K llegó era noche cerrada. El pueblo estaba cubierto por una espesa capa de nieve. Del castillo no se podía ver nada, la niebla y la oscuridad lo rodeaban, ni siquiera el más débil rayo de luz delataba su presencia. K permaneció largo tiempo en el puente de madera que conducía desde la carretera principal al pueblo elevando su mirada hacia un vacío aparente.

6 de noviembre de 2023

BiblioSalinas cumple 10 años

“El que lee mucho y anda mucho ve mucho y sabe mucho.”

(Cap. XXV, 2ª parte de Don Quijote de la Mancha)

Cumplimos 10 años desde que pusimos en marcha nuestro blog de la biblioteca, con el que pretendíamos recorrer poco a poco el mundo de la lectura y nuestra sorpresa ha sido que el mundo también se ha acercado a nuestras páginas. Estos han sido los países que más nos han leído durante este tiempo:


Durante esta década hemos publicado 275 entradas con noticias relevantes del mundo de la lectura y hemos reseñado las actividades que hemos realizado desde nuestro centro. Y estas han sido las diez páginas más visitadas durante estos diez años:


MUCHAS GRACIAS A TODOS.

SEGUIREMOS LEYENDO JUNTOS

2 de noviembre de 2023

El Rincón de la Poesía: Centenario de Ida Vitale

 

Felicitamos a Ida Vitale, poeta uruguaya Premio Cervantes 2018, que celebra hoy sus 100 años de vida. Le dedicamos nuestro Rincón de la Poesía con la lectura de estos dos poemas, en los que nos habla de su búsqueda constante de la palabra y de su modo de mirar el mundo.

 RECURSOS

El sobresalto fuera del poema y dentro del poema, apenas aire contenido.

Leer y releer una frase, una palabra, un rostro. Los rostros, sobre todo. Repasar, pesar bien lo que callan.

Como no estás a salvo de nada, intenta ser tú mismo la salvación de algo.

Caminar despacio, a ver si, tentado el tiempo, hace lo mismo.

 

  


ESTE MUNDO


 Sólo acepto este mundo iluminado

cierto, inconstante, mío.

Sólo exalto su eterno laberinto

y su segura luz, aunque se esconda.

Despierta o entre sueños,

su grave tierra piso

y es su paciencia en mí

la que florece.

Tiene un círculo sordo,

limbo acaso,

donde a ciegas aguardo

la lluvia, el fuego

desencadenados.

A veces su luz cambia,

es el infierno; a veces, rara vez,

el paraíso.

Alguien podrá quizás

entreabrir puertas,

ver más allá

promesas, sucesiones.

Yo sólo en él habito,

de él espero,

y hay suficiente asombro.

En él estoy,

me quede,

renaciera.

8 de junio de 2023

150 años de Azorín

150 años de Azorín

    Hoy se cumplen 150 años del nacimiento de José Martínez Ruiz, más conocido como Azorín. Como todos los autores de la generación del 98, estaba muy preocupado por España, tema recurrente a lo largo de su trayectoria. Aprovechamos esta efeméride para sugeriros algunas lecturas esenciales de este autor y para proponeros dos reflexiones: la primera, sobre la regeneración de España; y la segunda, sobre la lectura, otro de los temas habituales del "pequeño filósofo".

—Yo veo que todos hablamos de regeneración... que todos queremos que España sea un pueblo culto y laborioso... pero no pasamos de estos deseos platónicos... ¡Hay que marchar! Y no se marcha... los viejos son escépticos... los jóvenes no quieren ser románticos... El romanticismo era, en cierto modo, el odio, el desprecio al dinero... y ahora es preciso enriquecerse a toda costa... y para eso no hay como la política... y la política ha dejado de ser romanticismo para ser una industria, una cosa que produce dinero, como la fabricación de tejidos, de chocolates ó de cualquier otro producto... Todos clamamos por un renacimiento y todos nos sentimos amarrados en esta urdimbre de falseamientos...

Azorín, La voluntad 

 

La obra de arte es producto de la irregularidad. No puede haber norma regular para la gestación artística. La obra genial se produce cuando quiere. Y si la gestación es libre e inesperada, ¿por qué el libro, resultado de esa gestación, no ha de ser leído también de un modo irregular y caprichoso? Las lecturas que se hacen para saber no son, en realidad, lecturas. Las buenas, las fecundas, las placenteras son las que se hacen sin pensar que vamos a instruirnos.

Azorín, Trasuntos de España

         

5 de junio de 2023

El Rincón de la Poesía: 125 aniversario de Federico García Lorca


El día 5 de junio de 1898 nació en Fuente Vaqueros, Granada, uno de los poetas más brillantes del siglo XX, Federico García Lorca. Le rendimos homenaje leyendo dos de sus hermosos poemas:


Romance de la luna, luna

A Conchita García Lorca

La luna vino a la fragua
Con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
-Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.

Dentro de la fragua el niño
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.

Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

Cómo canta la zumaya,
¡ay, como canta en el árbol!
por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.

                              De Romancero Gitano



Soneto de la dulce queja

Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,

no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.

                                          De Sonetos del amor oscuro

1 de diciembre de 2022

El Rincón de la Poesía: Jordi Sierra i Fabra

Cuadro (Fuente:
www.sierraifabra.com)


Hoy queremos daros a conocer una faceta más desconocida de Jordi Sierra i Fabra, su labor como poeta, con estos hermosos versos inspirados por la ilustración de Ignasi Blanch, que los acompaña.



EL COLOR DE LAS PALABRAS

© Ignasi Blanch

Las palabras son pájaros de colores.
Si son dichas, vuelan,
dejando rastros en el aire.
Si están escritas, brillan,
como luciérnagas en la noche.
Si son pensamientos, duelen,
prisioneras de la mente.
Si se callan, matan,
como venenos que queman.
Si se gritan, estremecen,
como puñales sin destino.
Si se murmuran, encienden,
los deseos de la carne.
¿Cómo son mis palabras, amor?
¿Acarician como plumas
o te lastiman como el hierro?
¿Cómo son mis palabras
cuando amo y son susurros,
cuando te siento y son poder,
cuando te miro en el silencio?
Las palabras son pájaros de colores.
Abre la ventana del corazón,
y haz que sean libres.

© Jordi Sierra i Fabra

Podéis encontrar más poemas suyos en la sección

"Para leer ahora"

(en www.sierraifabra.com)

30 de noviembre de 2022

Jordi Sierra i Fabra: 50 años

© Francesc Gómez

Jordi Sierra i Fabra: 

50 años creando historias… 

y sueños

Este año se han cumplido 50 años de la publicación del primer libro de Jordi Sierra i Fabra, 1962-72, Historia de la música pop. Y queremos rendirle homenaje por tantos sueños que nos ha regalado con sus historias, de la manera que creemos sería más de su agrado, releyendo su obra, de la que tenéis disponible una selección con sus títulos más emblemáticos en la biblioteca.

Jordi Sierra i Fabra soñó con ser escritor desde pequeño. Era tartamudo pero se dio cuenta de que cuando escribía no trastocaba las palabras. Así que inició un camino de lucha hasta conseguir su gran sueño: publicar su primer libro, a los 25 años.

En la actualidad tiene más de 500 libros publicados, entre obras de ficción y ensayos divulgativos, y es uno de los autores españoles más conocidos. Ha recibido muchísimos premios, entre otros, el Premio Gran Angular 1982 por …en un lugar llamado Tierra, el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por Kafka y la muñeca viajera, el Premio El Barco de Vapor por Historia de un segundo, el Premio Cervantes Chico por el conjunto de toda la obra y el compromiso cultural de las Fundaciones Jordi Sierra i Fabra en España y Colombia, el Premio Anaya por Parco, el Premio Iberoamericano de LIJ por el conjunto de la obra, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, o el Premio Lazarillo 2019 por Como lágrimas en la lluvia.


Este año ha publicado también su biografía y ha elegido el formato del cómic, junto al dibujante Carlos Moreno, con quien firma una historia conmovedora, El largo y tortuoso camino.

Además, en su página web sierraifabra.com podéis encontrar más información sobre las iniciativas que ha llevado a cabo a lo largo de estos años, entre las que destacan:

- La Fundación Jordi Sierra i Fabra, un centro de estudios, biblioteca infantil y juvenil, local de conferencias, etc. para ayudar a jóvenes escritores.

- El Premio Literario Jordi Sierra i Fabra para Jóvenes.

18 de noviembre de 2022

Centenario de la muerte de Marcel Proust

 Seguimos con esta semana de centenarios y lo hacemos hoy homenajeando a Marcel Proust (1871-1922) con un fragmento de En busca del tiempo perdido, la obra cumbre de las letras francesas del siglo XX; concretamente, aquel en el que aparece la más famosa “magdalena” de la historia de la literatura, que le despierta al protagonista de Por el camino de Swann los olvidados recuerdos de su infancia:

“Hacía ya muchos años que no existía para mí de Combray más que el escenario y el drama del momento de acostarme, cuando un día de invierno, al volver a casa, mi madre, viendo que yo tenía frío, me propuso que tomara, en contra de mi costumbre, una taza de té. Primero dije que no; pero luego, sin saber por qué, volví de mi acuerdo. Mandó mi madre por uno de esos bollos, cortos y abultados, que llaman magdalenas, que parece que tienen por molde una valva de concha de peregrino. Y muy pronto, abrumado por el triste día que había pasado y por la perspectiva de otro tan melancólico por venir, me llevé a los labios unas cucharadas de té en el que había echado un trozo de magdalena. Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las miga del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que lo causaba. Y él me convirtió las vicisitudes de la vida en indiferentes, sus desastres en inofensivos y su brevedad en ilusoria, todo del mismo modo que opera el amor, llenándose de una esencia preciosa; pero, mejor dicho, esa esencia no es que estuviera en mí, es que era yo mismo. Dejé de sentirme mediocre, contingente y mortal. ¿De dónde podría venirme aquella alegría tan fuerte? Me daba cuenta de que iba unida al sabor del té y del bollo, pero le excedía en, mucho, y no debía de ser de la misma naturaleza. ¿De dónde venía y qué significaba? ¿Cómo llegar a aprehenderlo? Bebo un segundo trago, que no me dice más que el primero; luego un tercero, que ya me dice un poco menos. Ya es hora de pararse, parece que la virtud del brebaje va aminorándose. […]

Y de pronto el recuerdo surge. Ese sabor es el que tenía el pedazo de magdalena que mi tía Leoncia me ofrecía, después de mojado en su infusión de té o de tilo, los domingos por la mañana en  Combray (porque los domingos yo no salía hasta la hora de misa), cuando iba a darle los buenos días a su cuarto. Ver la magdalena no me había recordado nada, antes de que la probara; quizá porque, como había visto muchas, sin comerlas, en las pastelerías, su imagen se había separado de aquellos días de Combray para enlazarse a otros más recientes […] Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo,  cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más, persistentes y más fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan, sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo.”

Marcel Proust, Por el camino de Swann

16 de noviembre de 2022

Centenario de José Saramago


   Rendimos homenaje al escritor portugués José Saramago, nacido en Azinhaga, el 16 de noviembre de 1922. Con motivo de su centenario, recordamos algunas de las obras más famosas de este autor: Memorial del convento, El Evangelio según Jesucristo, La caverna o Ensayo sobre la ceguera entre otras muchas, por las que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1998. El jurado destacó su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía».


   Os proponemos la lectura de un fragmento de Ensayo sobre la ceguera (1995), novela en la que el autor describe una parábola de lo que significaría una epidemia en la historia de un país. Después de la experiencia vivida recientemente con la pandemia de Covid, la obra adquiere una nueva dimensión. 

“Al fin se encendió la señal verde y los coches arrancaron bruscamente, pero enseguida se advirtió que no todos habían arrancado. El primero de la fila de en medio está parado, tendrá un problema mecánico, se le habrá soltado el cable del acelerador, o se le agarrotó la palanca de la caja de velocidades, o una avería en el sistema hidráulico, un bloqueo de frenos, un fallo en el circuito eléctrico, a no ser que, simplemente, se haya quedado sin gasolina, no sería la primera vez que esto ocurre. El nuevo grupo de peatones que se está formando en las aceras ve al conductor inmovilizado braceando tras el parabrisas mientras los de los coches de atrás tocan frenéticos el claxon. Algunos conductores han saltado ya a la calzada, dispuestos a empujar al automóvil averiado hacia donde no moleste. Golpean impacientemente los cristales cerrados. El hombre que está dentro vuelve hacia ellos la cabeza, hacia un lado, hacia el otro, se ve que grita algo, por los movimientos de la boca se nota que repite una palabra, una no, dos, así es realmente, como sabremos cuando alguien, al fin, logre abrir una puerta, Estoy ciego.

[…]La ocurrencia había brotado de la cabeza del ministro mismo. Era, por cualquier lado que se la examinara, una idea feliz, incluso perfecta, tanto en lo referente a los aspectos meramente sanitarios del caso como a sus implicaciones sociales y a sus derivaciones políticas. Mientras no se aclarasen las causas, o, para emplear un lenguaje adecuado, la etiología del mal blanco, como gracias a la inspiración de un asesor imaginativo la malsonante palabra ceguera sería designada, mientras no se encontrara para aquel mal tratamiento y cura, y quizá una vacuna que previniera la aparición de casos futuros, todas las personas que se quedaran ciegas, y también quienes con ellas hubieran tenido contacto físico o proximidad directa, serían recogidas y aisladas, para evitar así ulteriores contagios que, de verificarse, se multiplicarían según lo que matemáticamente es costumbre denominar progresión geométrica. Quod erat demonstrandum, concluyó el ministro. En palabras al alcance de todo el mundo, se trataba de poner en cuarentena a todas aquellas personas, de acuerdo con la antigua práctica, heredada de los tiempos del cólera y de la fiebre amarilla, cuando los barcos contaminados, o simplemente sospechosos de infección, tenían que permanecer apartados cuarenta días, Hasta ver. […] Ahora hay que decidir dónde los metemos, señor ministro, dijo el presidente de la Comisión de Logística y Seguridad, nombrada al efecto con toda prontitud, que debería encargarse del transporte, aislamiento y auxilio a los pacientes, De qué posibilidades inmediatas disponemos, quiso saber el ministro, Tenemos un manicomio vacío, en desuso, a la espera de destino, unas instalaciones militares que dejaron de ser utilizadas como consecuencia de la reciente reestructuración del ejército, una feria industrial en fase adelantada de construcción, y hay también, y no han conseguido explicarme por qué, un hipermercado en quiebra, Y, en su opinión, cuál serviría mejor a los fines que nos ocupan, El cuartel es lo que ofrece mejores condiciones de seguridad, Naturalmente, Tiene, no obstante, un inconveniente, es demasiado grande, y la vigilancia de los internos sería difícil y costosa,[…]” 

José Saramago, Ensayo sobre la ceguera

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