PREMIOS DE POESÍA LOEWE
Dedicamos nuestro
primer Rincón de la Poesía a dos voces femeninas actuales de la poesía española,
Aurora Luque y Raquel Vázquez; ambas acaban de ser galardonadas con el Premio
Internacional de Poesía Fundación Loewe y con el Premio de Poesía Loewe a la
Creación Joven, respectivamente, y reflexionan en estos poemas sobre la palabra y la creación poética:
LA
DECONSTRUCCIÓN O EL AMOR
Amar es destruir: es
construir
el hueco del no-amor,
amueblar con milagros la pira trabajosa
echando al fuego lenguas, carne de ojos vencidos,
piel jubilosa, dulce, nucas saladas, hombros temblorosos,
incinerar silencios y comprobar la altísima
calidad combustible del lenguaje.
Hay estadios del cuerpo a cuerpo a cuerpo
que no alcanzaron nombre en el origen.
Y quién inventa hoy
vocablos para el quicio
fragante de una piel, nombres para los grados de tersura,
acidez o tibieza de un abrazo, quién justificaría
las palabras-tatuaje, las palabras tenaces como un piercing,
las palabras anfibias e ilegítimas.
El poeta ha dejado junto a cada palabra
lo que cada palabra le pidiera al oído:
derramarse indecible en otro cuerpo
o estallar en un verso como válvula.
El poeta, desnudo,
cuelga una percha en un árbol perdido
y las palabras van
al poema a vestirse.
el hueco del no-amor,
amueblar con milagros la pira trabajosa
echando al fuego lenguas, carne de ojos vencidos,
piel jubilosa, dulce, nucas saladas, hombros temblorosos,
incinerar silencios y comprobar la altísima
calidad combustible del lenguaje.
Hay estadios del cuerpo a cuerpo a cuerpo
que no alcanzaron nombre en el origen.
Y quién inventa hoy
vocablos para el quicio
fragante de una piel, nombres para los grados de tersura,
acidez o tibieza de un abrazo, quién justificaría
las palabras-tatuaje, las palabras tenaces como un piercing,
las palabras anfibias e ilegítimas.
El poeta ha dejado junto a cada palabra
lo que cada palabra le pidiera al oído:
derramarse indecible en otro cuerpo
o estallar en un verso como válvula.
El poeta, desnudo,
cuelga una percha en un árbol perdido
y las palabras van
al poema a vestirse.
Aurora Luque, Camaradas del Ícaro
CUADERNOS
DE UN VENCEJO
Un vencejo, de media, vive
unos cinco años.
Un poemario recién
publicado se olvida en pocos meses.
En cinco años lleva ya muchos años muerto.
publicado se olvida en pocos meses.
En cinco años lleva ya muchos años muerto.
Sólo
es un ejercicio
arqueológico el de quien recupera
de vez en cuando alguna de sus páginas.
arqueológico el de quien recupera
de vez en cuando alguna de sus páginas.
Apenas una anécdota que ríe
la memoria.
Mientras un año más
los vencejos cincelan sobre el cielo sus lunas.
los vencejos cincelan sobre el cielo sus lunas.
Y las crías recitan,
temblorosas,
un primer verso que con emoción
les cuelga desde el pico.
un primer verso que con emoción
les cuelga desde el pico.
Antes de continuar
escribiendo, antes de seguir volando.
escribiendo, antes de seguir volando.
En los vencejos viaja la
poesía
que se muere en nosotros.
que se muere en nosotros.
Raquel Vázquez, Lenguaje
ensamblador
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