21 de marzo de 2020

El Rincón de la Poesía


Celebramos el Día Mundial de la Poesía 2020 con este poema de Francisca Aguirre. Para que, como Penélope, seamos capaces, en estos duros días de “espera”, de transformar el miedo, el aislamiento y el silencio en sabiduría, en promesa de un futuro mejor.

LA ESPERA

Lo mejor que podemos hacer es no asustarnos.
Ya sé que no resulta fácil atenazar el miedo.
Pero también el miedo une. Es cuestión de saberlo
y no menospreciar esa sabiduría.

Calma, mucha calma,
en medio del terror también se puede tener calma;
casi diría que es imprescindible.
Moverse con cuidado, calcular bien los movimientos:
un paso en falso puede significar la destrucción.

Miedo, naturalmente. Mucho miedo:
nadie quiere desintegrarse.
Pero también el miedo integra. No olvidarlo.
Por descontado: esa tarea no resulta alegre,
pero en casos como el presente
lo más seguro es ver los hechos con realismo.
Nada ayuda tanto como la realidad.

Lo mejor que podemos hacer
es mirar con afecto a la consolación;
cuando se tiene miedo los consuelos no se desprecian.
Cualquiera se puede morir,
pero morir a solas es más largo.

Y si el miedo sigue creciendo,
apoyar una espalda contra otra. Alivia.
Infunde cierta seguridad
mientras dura la espera, Telémaco, hijo mío.
                                                           (De Ítaca)

11 de marzo de 2020

XII Concurso de Relato corto Francisco Salinas

Fotografía de Sara Santa Daría
   Este año, el XII Concurso de Relato corto Francisco Salinas ha tenido como tema central "La celebración". 
 Os invitamos a continuación a disfrutar del relato ganador, cuya autora ha sido Sara Abdelrazek Ragab, de 3º ESO B. Enhorabuena y gracias a todos los participantes.


Las nubes

Llueve. Siempre llueve. Lo único que saben las nubes es llorar y ocultar la luz del sol. "¿Por qué estáis tristes?". Cada vez que llueve, les hago la misma pregunta mentalmente. Una vez les pregunté directamente. Nadie respondió, es más,  me miraron como si estuviera loco.
Hoy les volví a preguntar lo mismo mientras caminaba por la calle, resguardándome bajo mi paraguas para evitar mojarme con sus lágrimas. Me gustaría poder ayudarlas, porque sé lo que se siente al estar triste. Sé cuánto les gustaría que alguien llegara y las ayudara o al menos las comprendiera. 
Yo solía estar triste. Es verdad que mis lágrimas nunca llegaron a inundar toda una ciudad como solían hacer las nubes, pero sí inundaron varias veces la tela de mi almohada por las noches. No sabría explicar por qué estuve triste; quizá a ellas les pase lo mismo. Lo que sí puedo explicar es por qué ya no lo estoy. Quizá a todos os venga a la mente una de esas historias clichés, pero esto no es un cliché. Yo no fui el marginado de clase, tampoco el objeto de burla de mis compañeros y mucho menos tuve problemas en casa. Yo era normal. Quizá ese era el problema.
¿Qué es ser normal exactamente? Un adolescente normal, según muchos, sería una persona que sigue la norma de moda en los institutos, una norma que sinceramente a mí nunca me gustó seguir. ¿Por qué parece que todo el mundo sigue el mismo patrón de vestimenta? Sudadera, en el caso de las chicas corta y en el de los chicos, gigantes, pantalones vaqueros y vans o cualquier marca de esas que te haga superficial. A mí me gustaba más el estilo único. Podría parecer un minion, pero al menos no era una marioneta de la sociedad. Y siguiendo con la definición de ser normal: los gustos. Unos son esto, otros son lo otro... El caso es que los gustos te definen, y ser "diferente" siempre estuvo mal visto. ¿Pero quién define qué es lo diferente? Esa pregunta fue la que seguramente más problemas me provocó.
Yo fui de esas personas que no se dejaban intimidar, pero que, si las cosas se ponían feas, se retiraban. Era de esas que prefería estar en su mundo antes que observar cómo el mundo real se destroza lentamente. Claro que mi mundo no era ni nunca será una utopía, pero era mi lugar seguro. Allí nadie te juzgaba, nadie te ponía etiquetas ni tenías que seguir un modelo para ser aceptado. En mi mundo el matón del instituto es en realidad un chico que no sabe cómo camuflar sus heridas del pasado y por eso se las causa al resto. En mi mundo soy un héroe  que pretende salvar el mundo indiscretamente, sumergiendo a las personas en sus humildes historias. Mi mundo no es demasiado, más bien es un libro. Ahora diréis: ¿un libro? Pues sí. Mi utopía es un libro. Un pequeño libro donde narro las aventuras de grandes personas que se camuflaban entre los populares por querer ser aceptados. En mi libro también nombro a las nubes, porque sin ellas no tendría nunca la suficiente inspiración, porque ellas no son solo gas en el cielo, también son formas. Quizá son formas que intentan contarnos alguna historia del pasado, quizá sean personas que vivieron en otros tiempos y nos observan desde allí. Pero lo inspirador de la lluvia son las lágrimas. Sus lágrimas, al menos a mí, me sanan el alma. Sonará algo cruel, pero me tranquiliza observarlas llorar. Porque, ¿quién dice que no están llorando de alegría? Quizá antes lloraban, ahora puede que sean felices viendo a alguien seguir su ejemplo. Yo también lloraba, ahora ya no. Aprendí a transformar el dolor en palabras, y al parecer a la gente le gustó. En mi utopía se empezaron a sumergir cada vez más personas. Lo que antes eran unos pocos, ahora son miles. Podría decirse que estoy dejando huella en las redes sociales, ¿pero acaso importa? Lo que de verdad importa es cuando veo algún comentario en mi perfil que me anima a seguir adelante. Y lo que más me ayuda a seguir adelante es saber que ayudo a alguien. Porque aunque no sea demasiado, sé que las historias ayudan. Yo fui una de esas almas perdidas, y ahora que he encontrado mi camino siento que mi responsabilidad es ayudar a otras a hacer lo mismo, seguramente en otras direcciones, pero al final siempre intentaré que sean lo más felices posible.
Hace cinco años que vi a las nubes llorar. No fue la primera vez que las vi, sino la primera vez que las sentí. Ahora que las veo más felices les sonrió cada vez que puedo. Les debo más de lo que alguna palabra pueda expresar.
Ahora, mientras camino bajo sus lágrimas de posible alegría les sonrío. Les sonrío como muestra de gratitud. Hoy es mi primer evento como escritor y nunca podría estar más feliz. Pero además, hoy celebro que por fin he descubierto que en realidad no soy normal. No soy normal no porque sea mejor que el resto, sino que, al contrario que ellos, he encontrado mi lugar en la sociedad sin tener que rebajarme a cambiar por ello, sino siendo yo mismo. Y soy yo mismo porque aquel día de febrero decidí dejar caer aquella máscara que todos solíamos llevar y empecé a pintar el mundo de un color distinto al resto. De mi color.

10 de marzo de 2020

X Rally Fotográfico Literario


CELEBRACIÓN

  Cumplimos 30 años de vida del IES Francisco Salinas y 10 del rally fotográfico. Para celebrarlo, hemos recuperado seis fragmentos literarios referidos a Salamanca, ya aparecidos en anteriores ediciones, que nos dejaron muy buen recuerdo en la retina, para que nuestros alumnos las ilustraran nuevamente con sus imágenes.Y estas han sido las fotos premiadas:

I) En la modalidad de Mejor Conjunto Fotográfico, la ganadora ha sido Iris Livián Serrano, de 1º ESO B:

“Éste es el corazón, henchido de sol y de aire, de la ciudad; 
el templo civil, sin otra bóveda que la del cielo.”
                                                                 (Miguel de Unamuno) 


“Colgante llamarada oblicua hacia poniente, […]
Imán, jaula del sueño, cruce de arquitecturas
 y de historias: escenas, inventarios
caen desde ti mientras se perlan de oro
 las cristaleras […]”
                                                 (Aníbal Núñez)

             


               “Hay callejuelas dormidas
                soñando que ya no cruza
                el tiempo por Salamanca.

                Por aquella hermosa calle
                calle de la Compañía,
                para que no se despierte
                pasa el tiempo de puntillas.”
                                               (Josefina Verde)







“El aire se serena
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena
la música extremada,
por vuestra sabia mano gobernada.”
(Fray Luis de León,
 “A Francisco Salinas”) 


“Crucé a la orilla de allá atravesando el puente de piedra, y caminé hacia la izquierda por una carretera bordeada de árboles hasta dejar lejos la ciudad. Luego la vi toda al volver, reflejada en el río con el sol poniente, como en tarjetas postales que había visto y en el cuadro que mi padre pintó, perdido como casi todos después de la guerra.”
(Carmen Martín Gaite, 
Entre visillos)



“En este patio que se cierra al mundo
y con ruinosa crestería borda
limpio celaje, al pie de la fachada
que de plateros
ostenta filigranas en la piedra
en este austero patio, cuando cede
el vocerío estudiantil, susurra
voz de recuerdos.”
                           (Miguel de Unamuno)



II) En la Modalidad Mejor fotografía, las ganadoras han sido Carla Figuero Casas, de 3º ESO D, Laura Figuero Casas y María Figuero Casas, de 1º ESO D, autoras de esta foto homenaje a nuestro centro en la celebración de su aniversario.


Enhorabuena a las galardonadas
gracias a todos los que habéis participado.

8 de marzo de 2020

Galdós 2020 (IV): Tristana (Día Internacional de la Mujer)

Puedes leer aquí Tristana.
En el Día Internacional de la Mujer, queremos recordar las reivindicaciones que planteaba Tristana, personaje de la novela homónima de Galdós de 1892, quien, junto a Saturna, su criada, se erigía en defensora de la libertad y la independencia de las mujeres, deseos reprimidos por la férrea sociedad de la España del siglo XIX en que vivían.

Tristana


Capítulo V

«-Yo... te lo confieso, aunque me riñas, creo como él que eso de encadenarse a otra persona por toda la vida es invención del diablo... ¿No lo crees tú? Te reirás cuando te diga que no quisiera casarme nunca, que me gustaría vivir siempre libre. Ya, ya sé lo que estás pensando; que me curo en salud, porque después de lo que me ha pasado con este hombre, y siendo pobre como soy, nadie querrá cargar conmigo. ¿No es eso, mujer, no es eso?
-¡Ay, no, señorita, no pensaba tal cosa! -replicó la doméstica prontamente-. Siempre se encuentran unos pantalones para todo, inclusive para casarse. Yo me casé una vez, y no me pesó; pero no volveré por agua a la fuente de la Vicaría. Libertad, tiene razón la señorita, libertad, aunque esta palabra no suena bien en boca de mujeres. ¿Sabe la señorita cómo llaman a las que sacan los pies del plato? Pues las llaman, por buen nombre, libres. De consiguiente, si ha de haber un poco de reputación, es preciso que haya dos pocos de esclavitud. Si tuviéramos oficios y carreras las mujeres, como los tienen esos bergantes de hombres, anda con Dios. Pero, fíjese, sólo tres carreras pueden seguir las que visten faldas: o casarse, que carrera es, o el teatro... vamos, ser cómica, que es buen modo de vivir, o... no quiero nombrar lo otro. Figúreselo.
-Pues mira tú, de esas tres carreras, únicas de la mujer, la primera me agrada poco; la tercera menos, la de enmedio la seguiría yo si tuviera facultades; pero me parece que no las tengo... Ya sé, ya sé que es difícil eso de ser libre... y honrada. ¿Y de qué vive una mujer no poseyendo rentas? Si nos hicieran médicas, abogadas, siquiera boticarias o escribanas, ya que no ministras y senadoras, vamos, podríamos... Pero cosiendo, cosiendo... Calcula las puntadas que hay que dar para mantener una casa... Cuando pienso lo que será de mí, me dan ganas de llorar. ¡Ay, pues si yo sirviera para monja, ya estaba pidiendo plaza en cualquier convento! Pero no valgo, no, para encerronas de toda la vida. Yo quiero vivir, ver mundo y enterarme de por qué y para qué nos han traído a esta tierra en que estamos. Yo quiero vivir y ser libre... ».

4 de marzo de 2020

Animación a la lectura... con Fernando Saldaña

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Leyendas tradicionales

   Nuestros alumnos de 1º de la ESO, guiados por la magia y las palabras de Fernando Saldaña, han disfrutado de una selección de leyendas tradicionales con un hilo común, la presencia del diablo. La historia de la Cueva de Salamanca, la construcción del Acueducto de Segovia o la leyenda del sillón del diablo han cobrado vida ante nuestros alumnos a través de la magia con la que Saldaña acompaña sus intrigantes relatos.
   Estas sesiones de narración oral han sido cortesía de la editorial Oxford, a la que agradecemos su estrecha colaboración con nuestro instituto.


3 de marzo de 2020

30 años de... literatura española


Este año estamos de aniversario. Nuestro instituto cumple 30 años y para celebrarlo queremos acompañarnos de algunas de las obras de nuestra literatura publicadas en estas tres décadas. Para ello, hemos realizado un recorrido por la poesía, la novela y el teatro que nos han brindado algunos de los autores con más éxito de nuestras letras desde 1990 hasta 2020. Esta es una muestra de algunos de los muchos títulos que os invitamos a degustar.










¡Feliz 30 aniversario!

1 de marzo de 2020

Galdós 2020 (III): Doña Perfecta

Puedes leer aquí Doña Perfecta.
   Os proponemos en esta tercera entrega un fragmento de Doña Perfecta (1876), una de las mejores novelas de tesis de Benito Pérez Galdós, con la que denuncia la "tragedia de España", el fanatismo religioso y la intolerancia característicos de una sociedad inmovilista. Conozcamos un poco mejor a su protagonista, una mujer realmente maquiavélica, en la que el autor personifica la intransigencia y la hipocresía de esa sociedad.

Capítulo XXXI

Doña Perfecta

Ved con cuánta tranquilidad se consagra a la escritura la señora doña Perfecta. Penetrad en su cuarto, a pesar de lo avanzado de la hora, y la sorprenderéis en grave tarea, compartido su espíritu entre la meditación y unas largas y concienzudas cartas que traza a ratos con segura pluma y correctos perfiles. Dale de lleno en el rostro y busto y manos la luz del quinqué, cuya pantalla deja en dulce penumbra el resto de la persona y la pieza casi toda. Parece una figura luminosa evocada por la imaginación en medio de las vagas sombras del miedo.
Es extraño que hasta ahora no hayamos hecho una afirmación muy importante, y es que Doña Perfecta era hermosa, mejor dicho, era todavía hermosa, conservando en su semblante rasgos de acabada belleza. La vida del campo, la falta absoluta de presunción, el no vestirse, el no acicalarse, el odio a  las modas, el desprecio de las vanidades cortesanas eran causa de que su nativa hermosura no brillase o brillase muy poco. También la desmejoraba mucho la intensa amarillez de su rostro, indicando una fuerte constitución biliosa.
Negros y rasgados los ojos, fina y delicada la nariz, ancha y despejada la frente, todo observador la consideraba como acabado tipo de la humana figura: pero había en aquellas facciones cierta expresión de dureza y soberbia que era causa de antipatía. Así como otras personas, aun siendo feas, llaman, doña Perfecta despedía. Su mirar, aun acompañado de bondadosas palabras, ponía entre ella y las personas extrañas la infranqueable distancia de un respeto receloso; mas para las de casa, es decir, para sus deudos, parciales y allegados, tenía una singular atracción. Era maestra en dominar, y nadie la igualó en el arte de hablar el lenguaje que mejor cuadraba a cada oreja.
Su hechura biliosa, y el comercio excesivo con personas y cosas devotas, que exaltaban sin fruto ni objeto su imaginación, la habían envejecido prematuramente, y, siendo joven, no lo parecía. Podría decirse de ella que con sus hábitos y su sistema de vida se había labrado una corteza, un forro pétreo, insensible, encerrándose dentro como el caracol en su casa portátil. Doña Perfecta salía pocas veces de su concha.