30 de octubre de 2017

Lecturas de Halloween

   Celebramos un año más la noche de Halloween y el día de Todos los Santos con un surtido de terroríficas tentaciones a las que no podréis resistiros.
   El departamento de inglés, con los alumnos de 1º y 2º de la ESO, nos han preparado una sugerente propuesta de haikus y dibujos alusivos al tema. Para abrir boca.

   La biblioteca nos ofrece una selección de libros que esconden las distintas caras del terror. Y, este año, nos propone la lectura de dos relatos: "El monte de las ánimas", de G.A. Bécquer y "Se necesita fantasma", un cuento de A. Conan Doyle cargado de humor, especialmente pensado para los que no disfrutan con estos temas. Para que todos lo pasemos de miedo.

Lee aquí la leyenda completa.

“Desde entonces dicen que, cuando llega la noche de Difuntos, se oye doblar sola la campana de la capilla, y que las ánimas de los muertos, envueltas en jirones de sus sudarios, corren como en una cacería fantástica por entre las breñas y los zarzales. Los ciervos braman espantados, los lobos aúllan, las culebras dan horrorosos silbidos, y al otro día se han visto impresas en la nieve las huellas de los descarnados pies de los esqueletos.”

"El Monte de las ánimas"
Leyendas, Gustavo Adolfo Bécquer





 "Se necesita fantasma", Arthur Conan Doyle

“Durante mucho tiempo esperé inútilmente. Cada ruido extraño me provocaba un escalofrío. ¿Serán fantasmas esos ruidos? Pero no. Siempre había alguna explicación.
¡Cuánto deseaba oír en mi casa los lamentos y gemidos de algún alma en pena! ¡Cuán injusto me parecía que la casa de mi vecino tuviera un espectro respetable y que él, encima, no lo valorase!
Finalmente, no pude aguantar más. Me decidí a traer un fantasma a Goresthorpe Grange. Pero, ¿cómo?”


   
  Y para terminar la fiesta, nada mejor que hacerlo con buen sabor de boca. Para ello, recurrimos a los alumnos de PAR, que nos han dejado impresionados con estos espeluznantes dulces. 


24 de octubre de 2017

Día de la Biblioteca 2017

Cartel conmemorativo del ilustrador Manuel Marsol.
  
  Como cada 24 de octubre, celebramos el Día de la Biblioteca, promovido por la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil con el apoyo del Ministerio de Cultura. Este año el escritor Alejandro Palomas, ganador del Premio Nacional de Literatura Infantil 2016, ha sido el encargado de escribir el pregón que podéis leer a continuación:

“Como Mary Poppins, pero sin volar”

Soy sobrino de bibliotecaria. Desde que tengo memoria, mi tía, que acaba de cumplir ochenta años, me ha regalado un libro el día de mi cumpleaños. Primero fue la serie de Osear, con su Kina y su láser, de la gran Carmen Kurtz; llegaron después las aventuras de Los Cinco, algunos clásicos ilustrados, la gran Nada de Carmen Laforet… La lista es larga y el disfrute ha sido mágico, porque mi tía entiende la lectura como algo que cura, que aleja al inocente de lo que agrede, y yo -y ella lo sabe- siempre he sido demasiado vulnerable a lo que daña, sea o no imaginado, sea o no real.
Mi tía se llama Nuria y desde niña sufre mucho de la vista. Aun así, trabajó durante décadas fomentando el amor por la lectura en hombres y mujeres, chicos y chicas a los que no conocía, pero cuya mirada no tardó en aprender a leer, a identificar y a descifrar. Ella decía -y a veces dice todavía- que “repartía refugio”, y se emociona al recordarlo. La he oído también confesar en algunos momentos de nuestra historia común, que no fueron fáciles y que vivimos juntos: “Decidí ser bibliotecaria porque así me aseguraba de que, por muy mal que nos fueran las cosas, aunque faltara el agua caliente o la calefacción, siempre tendríamos un libro en casa”. Ahora, quince años después de su jubilación, soy yo quien le recomienda lecturas. Leemos un libro a la vez y nos juntamos cada quince días a comer y a comentar lo leído, en lo que hemos bautizado como “El club de las 2”, porque intentamos en lo posible que coincida con el día 2 de cada mes, a las 2, y porque somos dos almas lectoras que no tienen freno. Durante estos años de club, ella me ha contado cosas, muchas cosas de su vida en la biblioteca, y desde que la oigo hablar como lo hace sobre su amor por esa vocación, que no decrece a pesar del tiempo, no puedo dejar de maravillarme y de preguntarme cómo definiría yo a una bibliotecaria -o a un bibliotecario- llegado el caso.
Hasta hace unos meses no di con la respuesta.
Fue a raíz de la publicación de Un hijo, durante una charla en un centro de enseñanza de una capital andaluza. Y fue precisamente gracias a un niño de diez años que, junto con otros 100, había leído la novela y quería conocer a su autor. Por motivos de espacio, el acto tuvo lugar en la biblioteca del centro, con un par de profesoras y la encargada de la biblioteca. La charla fue muy intensa, mucho más de lo que yo esperaba, y se alargó. Cuando por fin llegamos al final del turno de preguntas, un niño que estaba sentado en la primera fila levantó la mano.
-A mí lo que más me ha gustado del libro es María -dijo refiriéndose a la orientadora del centro, que es, junto con el pequeño Guille, la protagonista del libro.
Quise saber por qué. El niño, llamado Ismael, se rió un poco y luego, mirando a una de las tres mujeres que estaban junto a la puerta, dijo:
-Porque es igual que la seño Lourdes. -Una de las tres mujeres que estaban junto a la puerta se encogió un poco y negó con la cabeza, incapaz de reprimir una sonrisa. Ismael no había terminado-. Vive en la biblioteca porque si no los libros a lo mejor se van. O se mueren.
Se hizo el silencio en la biblioteca. Nadie se rió. Nadie dijo nada. Fueron segundos llenos de respiraciones contenidas, de tensión y de infancia.
-Es que es bibliotecaria -volvió a hablar Ismael. Y al ver que yo lo miraba sin saber qué decir, debió de entender que necesitaba explicarse mejor, y añadió-: O sea, como Mary Poppins, pero sin alas.
Hoy es un día especial. Celebramos el Día de las Bibliotecas y celebramos también que cientos, miles de Mary Poppins sin alas velan por los libros que las habitan para que no se mueran ni se vayan, e Ismael siga creyendo que la vida está en los libros y su reflejo fuera. Hoy es el día en que, un año más, la magia se renueva y todas las bibliotecarias y bibliotecarios del mundo se saludan con una mirada cómplice y un largo, hermoso y tierno:
“Supercalifragilísticoespialidoso”.

21 de octubre de 2017

El Rincón de la Poesía

ADAM ZAGAJEWSKI

Premio Princesa de Asturias de las Letras

 “La poesía es, de entre las artes, la menos técnica, no surge del taller, o de la teoría, no surge de la ciencia (aunque, añadamos, tener una formación no perjudica a nadie, ni tan siquiera a un poeta), sino que surge de la emoción de la mente y el corazón que no se puede ni prever ni planear.”

Adam Zagajewski es uno de los grandes poetas europeos contemporáneos, perteneciente a la llamada generación del 68. De origen polaco, nació en Lvov, actual Ucrania, en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial.  En 1982 se exilió a París y después a Estados Unidos.  Algunas de sus obras poéticas más significativas son Tierra del fuego (1994), Deseo (1997), Anhelo (1999), Regreso (2003) o Antenas (2005).
A lo largo de su carrera siempre ha alzado su voz en defensa de la libertad, de la cultura y de la dignidad humana, sin olvidar la búsqueda constante de la belleza. 

Autorretrato
Entre ordenador, lápiz y máquina de escribir
se me pasa la mitad del día. Algún día se convertirá en medio siglo.
Vivo en ciudades ajenas y a veces converso
con gente ajena sobre cosas que me son ajenas.
Escucho mucha música: Bach, Mahler, Chopin, Shostakovich.
En la música encuentro la fuerza, la debilidad y el dolor, los
tres elementos.
El cuarto no tiene nombre.
Leo a poetas vivos y muertos, aprendo de ellos
tenacidad, fe y orgullo. Intento comprender
a los grandes filósofos -la mayoría de las veces consigo
captar tan sólo jirones de sus valiosos pensamientos.
Me gusta dar largos paseos por las calles de París
y mirar a mis prójimos, animados por la envidia,
la ira o el deseo; observar la moneda de plata
que pasa de mano en mano y lentamente pierde
su forma redonda (se borra el perfil del emperador).
A mi lado crecen árboles que no expresan nada,
salvo su verde perfección indiferente.
Aves negras caminan por los campos
siempre esperando algo, pacientes como viudas españolas.
Ya no soy joven, mas sigue habiendo gente mayor que yo.
Me gusta el sueño profundo, cuando no estoy,
y correr en bici por caminos rurales, cuando álamos y casas
se difuminan como nubes con el buen tiempo.
A veces me dicen algo los cuadros en los museos
y la ironía se esfuma de repente.
Me encanta contemplar el rostro de mi mujer.
Cada semana, el domingo, llamo a mi padre.
Cada dos semanas me reúno con mis amigos,
de esta forma seguimos siendo fieles.
Mi país se liberó de un mal. Quisiera
que le siguiera aún otra liberación.
¿Puedo aportar algo para ello? No lo sé.
No soy hijo de la mar,
como escribió sobre sí mismo Antonio Machado,
sino del aire, la menta y el violonchelo,
y no todos los caminos del alto mundo
se cruzan con los senderos de la vida que, de momento,
a mí me pertenece.
(De Tierra del Fuego, 1997)

 La poesía es búsqueda del resplandor

La poesía es búsqueda de resplandor.
La poesía es un camino real
que nos lleva hasta lo más lejos.
Buscamos resplandor en la hora gris,
al mediodía o en las chimeneas del alba,
incluso en el autobús, en noviembre,
cuando al lado dormita un viejo cura.
El camarero en el restaurante chino
estalla en llanto y nadie imagina por qué.
Quién sabe, quizás esto también es una búsqueda
que se parece a un instante a la orilla del mar,
cuando en el horizonte aparece un barco rapaz
y se detiene, paralizado largo tiempo.
Pero también, momentos de profunda alegría
e incontables momentos de angustia.
Déjame ver, por favor.
Déjame persistir, por favor.
Al atardecer cae una fría lluvia.
En las calles y avenidas de mi ciudad
en silencio y con fervor trabaja la oscuridad.
La poesía es búsqueda de resplandor.
(De  Regreso, 2003)

Si quieres leer más poemas de A. Zagajewski, pulsa aquí.

20 de octubre de 2017

Un mes de premios... literarios

Con la llegada del otoño, se dan a conocer algunos de los grandes premios literarios de la temporada. Son muchos y casi diarios, por lo que destacamos solo los más significativos.
Este mes hemos conocido el nombre del nuevo Premio Nobel de Literatura, Kazuo Ishiguro, autor de obras como la famosa Los restos del día (1989), la novela distópica Nunca me abandones (2005) o El gigante enterrado (2015), una bella narración en la que indaga sobre la memoria y la traición. 


También se han ido desvelando algunos de los Premios Nacionales 2017:
- Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil para Antonio García Teijeiro por Poemar o mar (al que dedicamos una entrada en nuestro blog).
- Premio Nacional de Cómic para Rayco Pulido por Lamia, un cómic próximo al género negro.
- Premio Nacional de Poesía para el poeta y traductor Julio Martínez Mesanza por su obra Gloria
- Premio Nacional de Literatura para Fernando Aramburu por Patria, una excelente novela en la que el jurado ha destacado “la profundidad psicológica de los personajes, la tensión narrativa y la integración de los puntos de vista, así como la voluntad de escribir una novela global sobre unos años convulsos en el País Vasco”.


El ganador del Premio Planeta de este año ha sido Javier Sierra con El fuego invisible y la finalista, Cristina López Barrio por Niebla en Tánger. Sus obras estarán a la venta a partir del 3 de noviembre.


También se ha hecho entrega del Premio Cervantes Chico, uno de los más importantes de la literatura infantil y juvenil. El galardonado de este año ha sido Gonzalo Mouré, por su amplia trayectoria y su alta calidad literaria.



Enhorabuena a todos los premiados.

4 de octubre de 2017

El Rincón de la Poesía

Puedes leer aquí más poemas.

Damos la enhorabuena al escritor gallego Antonio García Teijeiro, que ha obtenido el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2017 con Poemar o mar, "un libro cargado de emoción, con una brillante elección léxica, donde el mar es el gran protagonista, poblado de criaturas que transitan por originales y sugerentes composiciones poéticas".

Inauguramos nuestro Rincón de la Poesía de este curso con una selección de algunos de sus poemas en castellano en los que reflexiona sobre los poetas, la poesía y la palabra.


A Antonio Machado
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más
Caminante, no hay camino,
se hace el camino al andar.
                                                 A.M.
Siento el polvo que tus pasos
 levantaron con el viento.
Siento los campos callados,
monotonías de invierno.
Siento las tardes pasar
como novias o recuerdos.
Siento al poeta que fuiste,
al caminante sediento;
al hombre bueno que un día
se nos fue, huyendo del cierzo.
                                                                


A Miguel Hernández
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
M.H.
Miguel, buen amigo del monte,
que escribes con el corazón,
que escribes terribles silencios,
que escribes de ausencias, de amor.

Un niño se duerme en tu nana,
las rejas lo alejan de ti;
ventanas están al acecho
y sueñan un campo feliz.

La lumbre refleja en el techo
 tus versos teñidos de sol;
tu mano refleja en el cielo
escarchas, alondras, dolor.
(De Al hilo de la palabra, 1998)


Perdió sus hojas el árbol
y el vencejo que allí estaba
sintió en las ramas el frío
y le temblaron las alas.

Alas de menta y de nieve,
alas largas y curvadas,
con las que llegó a escribir
palabras enamoradas.

Sonrisas, cartas y versos
en esas hojas calladas
el vencejo ilusionado
ue escribiendo con sus alas.

Era un vencejo poeta
que vivía en unas ramas
de un árbol que el tiempo hirió
con el filo de su espada.
(De Versos con alas, 2004)

METIDAS EN MI MANO
hay tres palabras
que daré a quien me ayude
a descifrarlas.

Tienen tres letras
que son saladas,
que son traviesas,
que están heridas,
que están inquietas.

¿Una es amar
o solo mar?
 ¿Otra es tesoro
o quizás oro?
¿Una es capaz
o solo paz?

Metidas en mi mano
hay tres palabras.
No quiero que los miedos
puedan robarlas.
                              (De Estelas de versos, 2008)