En esta segunda entrega, os proponemos un fragmento de La fontana de oro (1870), la primera novela de Benito Pérez Galdós. Se trata de una novela histórica enmarcada en el reinado de Fernando VII, el "rey felón" para unos y el "rey deseado" para otros. Galdós le dedica uno de los últimos capítulos de la novela, "Fernando, el Deseado", que se inicia con este caricaturesco retrato:
Retrato de
Fernando VII,
por Vicente López Portaña
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Respecto a su carácter, ¿qué
diremos? Este hombre nos hirió demasiado, nos abofeteó demasiado para que
podamos olvidarle. Fernando VII fue el monstruo más execrable que ha abortado
el derecho divino. Como hombre, reunía todo lo malo que cabe en nuestra naturaleza;
como Rey, resumió en sí cuanto de flaco y torpe pueda caber en la potestad
real. […] Fernando fue mal hijo: conspiró contra su padre Carlos IV, cuya
imbecilidad no disminuía el valor de su benevolencia; conspiró contra el Trono
que debía heredar más tarde, y aun amenazó la vida del que le dio el ser.
Después se arrastró a los pies de Napoleón como un pordiosero, mientras España
entera sostenía por él una lucha que asombró al mundo. Al volver del destierro,
pagó los esfuerzos de los que él llamaba sus vasallos, con la más fría
ingratitud, con la más necia arrogancia, con la anulación de todos los derechos
proclamados por los constituyentes de Cádiz, con el destierro o la muerte de
los españoles más esclarecidos; encendió de nuevo las hogueras de la
Inquisición; se rodeó de hombres soeces, despreciables e ignorantes, que
influían en los destinos públicos, […]; persiguió la virtud, el saber, el
valor; dio abrigo a la necedad, a la doblez, a la cobardía, las tres fases de su carácter. […]
…terminó en 1833, en que Dios arrancó de la tierra el alma del Rey, y entregó
su cuerpo a los sótanos del Escorial, donde aún creemos que no ha acabado de
pudrirse.
Puedes leer aquí La fontana de oro.
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