Este año hemos querido entonar un canto al verde de la naturaleza, símbolo de vida, de renacimiento, pero también luz presente en la urbe moderna. Y os hemos propuesto estos seis fragmentos literarios en los que es protagonista este polisémico color para que vosotros los ilustrarais con vuestras imágenes.
Y esta es la propuesta que nos han hecho las hermanas Carla, María y Laura Figuero Casas (de 1º de Bachillerato B y 3º ESO D), ganadoras del premio al Mejor Conjunto Fotográfico:
follajes donde cantan las letras,
palabras que son árboles,
frases que son verdes constelaciones.
Deja que mis palabras, oh blanca, desciendan y te cubran
como una lluvia de hojas a un campo de nieve,
como la yedra a la estatua,
como la tinta a esta página.
(“Escrito con
tinta verde”, de Octavio Paz)
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil...
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril.
(“La primavera besaba”, de A. Machado)
(“La tabla de Flandes, de A. Pérez Reverte)
Para hacer una pradera es necesario un trébol y una abeja,
un trébol, y una abeja.
Y un ensueño.
Bastará solo con el ensueño,
Si abejas hay pocas.
(“Para hacer una pradera”, de Emily Dickinson)
calva y callada,
silencio y cicatrices,
extensiones
de lava seca
y piedra congelada,
apareció
el verde,
el color verde,
trébol,
acacia
río
de agua verde.
(“Oda
al verde”, de Pablo Neruda)
de esta rocosa tierra, toda hueso,
es flor de piedra su verdor perenne
pardo y austero.
Es, todo corazón, la noble encina
floración secular del noble suelo
que, todo corazón de firme roca,
brotó del fuego
de las entrañas de la madre tierra.
(“El mar de encinas”, de M. de Unamuno)
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