5 de junio de 2023

El Rincón de la Poesía: 125 aniversario de Federico García Lorca


El día 5 de junio de 1898 nació en Fuente Vaqueros, Granada, uno de los poetas más brillantes del siglo XX, Federico García Lorca. Le rendimos homenaje leyendo dos de sus hermosos poemas:


Romance de la luna, luna

A Conchita García Lorca

La luna vino a la fragua
Con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
-Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.

Dentro de la fragua el niño
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.

Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

Cómo canta la zumaya,
¡ay, como canta en el árbol!
por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.

                              De Romancero Gitano



Soneto de la dulce queja

Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,

no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.

                                          De Sonetos del amor oscuro

12 de mayo de 2023

XIII Rally Fotográfico Literario

 EL CAMINO

    Este año hemos querido recorrer con vosotros los caminos de la vida, del amor, de la muerte… a través de seis poemas en los que aparece esta metáfora clásica, utilizada por poetas de todos los tiempos, para que vosotros la ilustrarais con vuestras imágenes.

Y esta es la propuesta que nos ha hecho Irene Bustos Roldán (de 2º de ESO A), ganadora del premio al Mejor Conjunto Fotográfico

1. Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?

                                                              (“Yo soy soñando caminos”, de Antonio Machado)


2. Vinieras y te fueras dulcemente,
de otro camino
a otro camino. Verte,
y ya otra vez no verte.
Pasar por un puente a otro puente.
El pie breve,
la luz vencida alegre.
Muchacho que sería yo mirando
aguas abajo la corriente,
y en el espejo tu pasaje
fluir, desvanecerse.

         (“Adolescencia”, de Vicente Aleixandre)         

                                     

3. Que me sean tus brazos horizonte y camino,
camino breve y único horizonte de carne:
que la vida no vaya más allá... ¡Que la muerte
se parezca a esta muerte caliente de tus brazos!...
                                (“Deseo”, de Dulce María Loynaz)


                 4. Este camino
            nadie ya lo recorre
             salvo el crepúsculo.
                                                                      (Haiku de Matsuro Bashō)  
 

5. Por un camino de oro van los mirlos... ¿Adónde?
Por un camino de oro van las rosas... ¿Adónde?
Por un camino de oro voy...
                                                      ¿Adónde,
otoño? ¿Adónde, pájaros y flores?

                                        (“Ida de otoño, de Juan R. Jiménez) 



           6.  Más allá de la vuelta del camino

        tal vez haya un pozo, y tal vez un castillo,
o tal vez tan solo continúe el camino.
No lo sé ni pregunto.


[…] De nada me serviría estar mirando para otro lado
o para aquello que no veo.
Ha de importarnos solo el lugar donde estamos.
Hay bastante belleza en estar aquí y no en otra parte.

[…] Si tenemos que llegar allí, al llegar lo sabremos.
Por ahora solo sabemos que allí no estamos.
Aquí no hay más camino que el de antes de la curva, y antes de la curva
el camino que hay no tiene curva alguna.

                                 (“Más allá de la vuelta del camino”, de Alberto Caeiro, heterónimo de F. PESSOA)


En la modalidad de Mejor Fotografía, las ganadoras han sido las hermanas Carla, María y Laura Figuero Casas (de 2º de Bachillerato y 4º ESO), ganadoras del premio a la Mejor Fotografía con la que han ilustrado estos versos de Antonio Machado: "Yo voy soñando caminos/de la tarde. ¡Las colinas/doradas, los verdes pinos,/las polvorientas encinas!.../¿Adónde el camino irá?"


Enhorabuena a las ganadoras
gracias a todos los participantes.

XV Concurso de Poesía y Relato corto Francisco Salinas

Este año hemos celebrado el XV Concurso de Poesía y Relato corto Francisco Salinas con el tema: "El camino". En la modalidad de Relato corto, la ganadora ha sido Sara Abd El Razek, de 2º de Bach. B con su relato "La tormenta". La modalidad de Poesía este año ha quedado desierta.

La tormenta

Silenciosamente observas cómo las gotas de agua caen sobre el alféizar y mojan todo lo que tienen cerca, mas no haces el mínimo amago por cambiar tus libros de lugar. Quizá si se mojan, se desdibujen las palabras que contienen y se mezclen las letras, creando nuevas combinaciones carentes de significado lógico. Así, al día siguiente podrías crear nuevas formas con los restos que queden de las hojas, dibujando flores con nombres de personajes que deberías aprenderte o creando rostros utilizando la tinta esparcida. Siempre fuiste capaz de transformar lo que otros consideraban destrozos, de arreglar lo roto para proporcionarle una belleza de la que carecería en otras manos.

Observas hasta el mínimo detalle a través de tu ventana, desde los niños del parque que corren para intentar resguardarse de la lluvia, hasta el anciano sentado en el porche de su casa, disfrutando del sonido de las gotas al caer. Siempre te ha parecido curioso cómo el paso de los años hacía que las personas apreciaran más los breves momentos como estos. Para un niño, una tormenta era un final de juego. La lluvia entorpecía sus pasos, les provocaba dificultad para jugar como hacían normalmente, pero más que nada era una señal de “me van a castigar si llego a casa empapado”. Para otros, la lluvia era un momento de enajenación, una pausa en sus vidas para contemplar el fenómeno atmosférico donde observaban el flujo del agua caer sobre sus vidas, limpiando cualquier signo de malestar para llevárselo consigo al mar.

La lluvia siempre ha sido para muchos una forma de purificación, un baño de lágrimas que, una vez comienza, sólo termina con una serenidad en el pecho, difícil de encontrar de otra forma. Las gotas borran cada preocupación, cada mancha de suciedad que marca a la ajetreada ciudad, para dejarla con un olor a frescura y novedad.

Cuando la lluvia cesa, los niños vuelven a salir y, aunque los columpios están mojados, ellos se las arreglan para jugar entre ellos, bajo la atenta mirada del anciano aún sentado en el exterior. Se te pasan por la cabeza miles de cosas en las que podría estar pensando cuando le ves sonreír. ¿Se estará acordando de su propia infancia? La lluvia es, sin duda, un arma de doble filo. Puede evocarte recuerdos, pero si estos no son buenos, va a obligarte a recordarlos cada vez que te inunde su sonido. Pero la sonrisa del hombre tiene un matiz de nostalgia, de felicidad. ¿Acaso aquellas gotas, además de moléculas, contienen memorias preciadas para él? Quizá le recuerden a un momento de felicidad en su juventud, a un baile bajo la lluvia, a un beso vaporoso que se funde con cada gota que cae. La lluvia, como un gato en un arenal, deja su huella allá donde caiga.

Sin embargo, aquella atmósfera en la que se veía sumido el paisaje frente a ti cambia radicalmente con el sonido de un trueno y una farola al romperse. Los niños, antes con unas sonrisas de gozo, manifiestan una expresión de susto y vuelven a refugiarse en sus casas. ¿Acaso la tormenta sólo era divertida si llovía? ¿Acaso lo único agradable era la tranquilizante lluvia y no el grito de luz que se revelaba en el cielo? El anciano, quien había tenido una expresión de tranquilidad durante toda la escena, se refugia en su casa, mirando con miedo las farolas más cercanas a él. ¿Por qué asustan tanto las roturas?

Tomas tu chaqueta y bajas, introduciéndote en la escena que habías estado observando sigilosamente. Te acercas a la farola rota y adviertes las miles de piezas en las que se ha convertido, cada una reflejando una parte del parque. Un trozo de cristal refleja los columpios, otro refleja las escaleras que llevan a la zona de bancos, mientras otro refleja una imagen borrosa de tu casa, debido al barro que llena el suelo sobre el cual están las piezas de la farola. Tu mente no puede evitar divagar. ¿Acaso, después de tantos años alumbrando el parque cada noche, una rotura ha causado tanto rechazo en los que se dejaban alumbrar durante tantos años por esa vieja farola? La pena te inunda mientras tomas una a una las piezas que se han caído, ya que hay algunas que han soportado la rotura y siguen unidas, intentando expandir los rayos de luz que contienen en su interior a pesar de las fisuras. Cada trozo lleva grabado el paso del tiempo, el soportar tormenta tras tormenta para poder iluminar a aquellos que con un simple estallido han dejado de admirarla.

Te parece curioso cómo una simple rotura provoca que las cosas sean percibidas como inservibles, cuando en realidad solamente cambia su uso o su imagen. ¿Qué importaba si los cristales de la farola estaban rotos si aún podía alumbrar la calle? Sólo había cambiado su aspecto, entonces, ¿por qué se alejaron todos de ella si seguía haciendo su trabajo correctamente? Roto no tenía por qué ser sinónimo de horrible, de miedo. Escudriñaste un trozo de cristal, pensando en miles de formas en que te parecía valioso, una pieza preciosa. Ese trozo de cristal pertenecía a una farola, una farola que está en un camino que recorrieron miles de personas antes. Piensas en todas las posibilidades, en todas las escenas e historias que podría haber presenciado esa misma pieza antes de convertirse en un trozo de cristal roto, infravalorado. Cada trozo caído tiene una historia que se acaba de perder en una tormenta de destrozos olvidados. Olvidados en un mar de minúsculas gotas que inundan la ciudad.

La esencia para ti reside en ese cambio abrupto que se produce, ya que muestra la fragilidad que se ha ido adoptando por el camino. Porque incluso la tormenta pasa por un proceso que la lleva desde lejanos mares hasta pequeñas ciudades. Esos pasos son los que permiten la ruptura, la cual más que un cambio desagradable es tan solo un paso más que uno debe abordar.

Sara Abd El Razek
2º Bach. B

Aprovechamos esta entrada para dar la enhorabuena a la ganadora

y para agradecer a los participantes su implicación en esta edición.   

21 de abril de 2023

Día del libro: CAMINOS

"Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar."
Antonio Machado

A lo largo de la historia de la literatura, el camino ha sido una metáfora recurrente para hablar de la vida y de sus vicisitudes; así, con los libros hemos recorrido caminos de aprendizaje, de experiencias, de memoria; caminos de penalidades, de dolor, de miedo; caminos de paz, de amor, de felicidad… Porque, como nos recuerda Pascual Duarte, 

Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas. Aquellos gozan de un mirar sereno y al aroma de su felicidad sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañas por defenderse.

Camilo José Cela, La familia de Pascual Duarte

 
  

—Hijos, en realidad, todos tenemos un camino marcado en la vida. Debemos seguir siempre nuestro camino, sin renegar de él —decía don José—. Algunos pensaréis que eso es bien fácil, pero, en realidad, no es así. A veces el camino que nos señala el Señor es áspero y duro. En realidad, eso no quiere decir que ese no sea nuestro camino. […]

Prosiguió diciendo cosas del camino de cada uno, y luego pasó a considerar la infelicidad que en ocasiones traía el apartarse del camino marcado por el Señor por ambición o sensualidad. Dijo cosas inextricables y confusas para Daniel. Algo así como que un mendigo podía ser más feliz sin saber cada día si tendría algo que llevarse a la boca, que un rico en un suntuoso palacio lleno de mármoles y criados. «Algunos —dijo— por ambición, pierden la parte de felicidad que Dios les tenía asignada en un camino más sencillo. La felicidad —concluyó— no está, en realidad, en lo más alto, en lo más grande, en lo más apetitoso, en lo más excelso; está en acomodar nuestros pasos al camino que el Señor nos ha señalado en la Tierra. Aunque sea humilde».

Miguel Delibes, El Camino


  

  


Ha pasado el tiempo y han cortado los árboles. Desaparecieron los álamos del río, como los últimos olvidados de un mundo perdido. El extraño y misterioso sendero que llevaban escondido entre sus raíces, aquella ruta que seguían o que dejaban tras de sí, como una estela invisible -¿cómo saberlo ahora exactamente?-¿dónde quedó? ¿Qué ruta era aquella, adónde conducía? […]

Íbamos a veces, en aquel tiempo, hollando el sendero con palos, levantando el polvo rojizo de la tierra, como si inconscientemente, por entre las rutas heladas que marcábamos con nuestras varas, fuera a aparecer el dorado y deslumbrante sendero que no he podido aún desentrañar. Y me viene a la memoria aquel olor, y aquella luz, en vísperas ya de retornar al colegio, cuando buscábamos hojas caídas y doradas, por ver quién encontraba la mayor. Y también allí debajo, en la húmeda tierra de septiembre, imaginando las raíces y los ocultos arroyos de los gnomos, presentía el latido de una extraña y maravillosa ruta (acaso sólo un resplandor, un instante de sol, antes de llegar la noche).
Ana María Matute, “El camino” (cuento)
 

  

 

Hacia aquí nos dirigimos todos, esta es la última morada, y vosotros gobernáis los más amplios reinos del género humano. También ella, cuando en su madurez haya vivido los años que por derecho le correspondan, estará bajo vuestra jurisdicción; como un regalo os pido su disfrute. Pues si los hados niegan el permiso a mi esposa, tengo la certeza de que no quiero volver: gozaos con la muerte de los dos. […]

A través de los mudos silencios cogen un sendero inclinado, empinado, oscuro, lleno de negras tinieblas. Y no estaban lejos del límite de la tierra de arriba: aquí, temiendo que le faltaran las fuerzas y deseoso de verla, el enamorado volvió los ojos; y al punto ella cayó hacia atrás y, tendiendo los brazos y luchando por ser cogida y por coger, la desgraciada nada agarra a no ser el aire que se retira.

Ovidio, Metamorfosis, libro X 
(Mito de Orfeo y Eurídice)

También queremos usar esta imagen como símbolo del viaje real y recorrer alguno de los caminos que cruzan nuestra comunidad y nuestra provincia, y que nos han convertido en un lugar de encuentro y de encrucijadas: el camino de Santiago, la ruta de la Plata, el camino del Cid… Sin olvidar los caminos que entrelazan paisajes de la naturaleza, tan rica y diversa tanto en Castilla y León como en Salamanca: el Camino del agua, el Camino de las raíces, el Camino de los prodigios, etc.


Todos decían que entre Burgos y León se ponía a prueba la determinación de los peregrinos por llegar a Compostela. Pueblos pequeños y distancias enormes, siempre el mismo paisaje, con muchas millas ya en las piernas pero aún lejos del objetivo final. Lo más duro del Camino. Una vez en León, ya casi se podía vislumbrar la raya de Galicia, última parte del trayecto. Y entrados en Galicia, ya nadie se rendía porque Santiago te empujaba por su tierra hacia el destino.

Alcanzar León era como tener por la mano la victoria sobre el Camino.

Fernando Lalana, ¡Buen camino, Jacobo!

Porque seguimos soñando caminos, os invitamos este año a recorrer esta selección de títulos que tenéis disponible en el vestíbulo del instituto. Con ellos queremos festejar doblemente el 23 de abril, “Día del libro”, y “Día de la comunidad de Castilla y León”.

¡BUEN CAMINO A TODOS!

Escucha "Episodio 2 - Salinas y el camino" en Spreaker.

Desde aquí damos las gracias a los alumnos participantes: 
Lectores: María Obeja, Jaime Camiñas, María Navarro, Naia Montes, Aroa Varas.
Fotografía podcast: Irene Bustos

17 de abril de 2023

Recital poético

 Os invitamos a disfrutar de estos vídeopoemas, que proceden del trabajo y de la ilusión de un grupo de alumnos que todavía creen que la poesía tiene futuro. Son palabras cargadas de magia y son voces llenas de emoción. Son un reto y una esperanza. Bajo la batuta de Carlos Espinoza y de Carolina Castaño, los alumnos del IES Francisco Salinas nos demuestran que sí son buenos tiempos para la lírica.


También podéis acceder al vídeo a través del siguiente código QR:

11 de abril de 2023

Plantas tóxicas

Los alumnos de Cultura Científica de 4º ESO han preparado una exposición, que habéis podido ver en el vestíbulo del instituto, sobre plantas tóxicas de nuestro entorno: el acebo, las adelfas, el matalobos, la burundanga, la cicuta, etc. A través de sus investigaciones, hemos aprendido que, en función de la dosis ingerida, pueden ser peligrosas o beneficiosas;  y que algunas son ornamentales y, por lo tanto, frecuentes en parques y jardines. 

 Ahora, para que podáis saber más y tener acceso a las fichas que han preparado, nos invitan a conocer el catálogo digital, que podéis consultar en los siguientes enlaces:

Pulsa aquí

Pulsa aquí