“Todo lo que soñé
dura un minuto
y es un minuto todo lo vivido.”
Hoy se cumplen cien años del nacimiento del poeta y pensador
mexicano Octavio paz, autor de obras tan conocidas como El laberinto de la
soledad o Libertad bajo palabra. Su voz crítica se alza en defensa del ser
humano y manifiesta su preocupación por el hombre, por la política, por el
arte, por la creación poética y por todo lo mexicano. Su poesía se inscribe,
según sus propias palabras, “dentro de la tradición de la literatura moderna,
que es una literatura de exploración y de invención”. Sirvan de ejemplo estos
poemas visuales:
Octavio Paz era un hombre contradictorio, inconformista,
vivaz, que nunca se paraba, aunque siempre tenía presente su país natal. Nació
en Ciudad de México en 1914. De niño, vivió una temporada en Estados Unidos, adonde volvería muchas veces a lo largo de su vida. Estudió Derecho y Filosofía
y Letras. En 1936 se trasladó a España para combatir en el bando republicano durante
la guerra civil. Entre 1943 y 1945 vivió en Nueva York y San Francisco, luego
se instaló en París, como diplomático, y en 1952 viajó por India y Japón. Entre
1962 y 1968 fue embajador de México en la India, cuya cultura le marcaría
notablemente. Dio clases en universidades estadounidenses; fundó revistas de la
relevancia de Plural, Taller poético o Vuelta; escribió ensayos
y, sobre todo, poesía. Obtuvo el premio Cervantes en 1981 y el Nobel de
Literatura en 1990. Todo ello lo convierte en un poeta fundamental.
Lo recordamos a través de sus versos con dos reflexiones sobre la creación poética y la poesía:
HERMANDAD
Homenaje a Claudio
Ptolomeo
Soy hombre: duro
poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.
LA POESÍA
A Luis Cernuda
[…]Insiste,
vencedora,
porque tan sólo existo porque existes,
y mi boca y mi lengua se formaron
para decir tan sólo tu existencia
y tus secretas sílabas, palabra
impalpable y despótica,
sustancia de mi alma.
porque tan sólo existo porque existes,
y mi boca y mi lengua se formaron
para decir tan sólo tu existencia
y tus secretas sílabas, palabra
impalpable y despótica,
sustancia de mi alma.
Eres tan sólo un
sueño,
pero en ti sueña el mundo
y su mudez habla con tus palabras.
Rozo al tocar tu pecho
la eléctrica frontera de la vida,
la tiniebla de sangre
donde pacta la boca cruel y enamorada,
ávida aún de destruir lo que ama
y revivir lo que destruye,
con el mundo, impasible
y siempre idéntico a sí mismo,
porque no se detiene en ninguna forma
ni se demora sobre lo que engendra.
pero en ti sueña el mundo
y su mudez habla con tus palabras.
Rozo al tocar tu pecho
la eléctrica frontera de la vida,
la tiniebla de sangre
donde pacta la boca cruel y enamorada,
ávida aún de destruir lo que ama
y revivir lo que destruye,
con el mundo, impasible
y siempre idéntico a sí mismo,
porque no se detiene en ninguna forma
ni se demora sobre lo que engendra.
Llévame, solitaria,
llévame entre los sueños,
llévame, madre mía,
despiértame del todo,
hazme soñar tu sueño,
unta mis ojos con aceite,
para que al conocerte me conozca.
llévame entre los sueños,
llévame, madre mía,
despiértame del todo,
hazme soñar tu sueño,
unta mis ojos con aceite,
para que al conocerte me conozca.
Para escuchar al propio Octavio Paz recitando sus poemas:
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