23 de septiembre de 2014

Otoño con Platero

Nuevamente cambiamos de estación y lo celebramos con la lectura de una emotiva descripción que Juan Ramón nos ha dejado en su centenaria obra Platero y yo.  Aunque todo en otoño es propenso a la melancolía, el poeta nos recuerda que, como los árboles amarillos,  debemos estar “seguros de verdecer”.

Capítulo XXXV: 

El otoño

Ya el sol, Platero, empieza a sentir pereza de salir de sus sábanas, y los labradores madrugan más que él. Es verdad que está desnudo y que hace fresco.
¡Cómo sopla el norte! Mira, por el suelo, las ramitas caídas; es el viento tan agudo, tan derecho, que están todas paralelas apuntadas al sur.

El arado va, como una tosca arma de guerra, a la labor alegre de la paz, Platero; y en la ancha senda húmeda, los árboles amarillos, seguros de verdecer, alumbran, a un lado y otro, vivamente, como suaves hogueras de oro claro, nuestro rápido caminar.

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