“Patronio
se negaba a dar consejos al conde Lucanor, pero le contaba sabias fábulas para
alumbrar su camino. Lázaro de Tormes, nuestro lazarillo, advierte al comienzo
de su historia: «Yo oro ni plata no te lo puedo dar». Pero, añade, mis cuentos
son «avisos para vivir». En el Quijote, la pastora Marcela defiende su libertad
por medio de una vibrante narración. Nuestros clásicos nos confían una y otra
vez el mismo mensaje con distintas voces: los relatos nos ayudan a sobrevivir.
Las palabras son un hechizo cargado de futuro.[…]
Gracias
a la lectura, hemos desarrollado una anomalía llamada «ojos interiores».
Descubrir los personajes de una historia se parece a conocer gente nueva,
comprendiendo su carácter y sus razones. Cuanto más diferentes son esos
personajes, más nos amplían el horizonte y enriquecen nuestro universo. A
través de los libros, anidamos en la piel de otros, acariciamos sus cuerpos y
nos hundimos en su mirada. Y, en un mundo narcisista y ególatra, lo mejor que
le puede pasar a uno es ser todos.[…]
Anhelamos
ver por otros ojos, pensar con otras ideas y sentir otras pasiones. La magia
consiste en ponernos las lentes de la ficción y observar a través de ellas,
deslizándonos en los placeres, los terrores o las ambiciones ajenas. Y, sin
movernos de la cama, el universo entero nos pertenece, la inmensidad está al
alcance de nuestros dedos.”
FELIZ
CURSO Y FELICES LECTURAS
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