10 de marzo de 2020

X Rally Fotográfico Literario


CELEBRACIÓN

  Cumplimos 30 años de vida del IES Francisco Salinas y 10 del rally fotográfico. Para celebrarlo, hemos recuperado seis fragmentos literarios referidos a Salamanca, ya aparecidos en anteriores ediciones, que nos dejaron muy buen recuerdo en la retina, para que nuestros alumnos las ilustraran nuevamente con sus imágenes.Y estas han sido las fotos premiadas:

I) En la modalidad de Mejor Conjunto Fotográfico, la ganadora ha sido Iris Livián Serrano, de 1º ESO B:

“Éste es el corazón, henchido de sol y de aire, de la ciudad; 
el templo civil, sin otra bóveda que la del cielo.”
                                                                 (Miguel de Unamuno) 


“Colgante llamarada oblicua hacia poniente, […]
Imán, jaula del sueño, cruce de arquitecturas
 y de historias: escenas, inventarios
caen desde ti mientras se perlan de oro
 las cristaleras […]”
                                                 (Aníbal Núñez)

             


               “Hay callejuelas dormidas
                soñando que ya no cruza
                el tiempo por Salamanca.

                Por aquella hermosa calle
                calle de la Compañía,
                para que no se despierte
                pasa el tiempo de puntillas.”
                                               (Josefina Verde)







“El aire se serena
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena
la música extremada,
por vuestra sabia mano gobernada.”
(Fray Luis de León,
 “A Francisco Salinas”) 


“Crucé a la orilla de allá atravesando el puente de piedra, y caminé hacia la izquierda por una carretera bordeada de árboles hasta dejar lejos la ciudad. Luego la vi toda al volver, reflejada en el río con el sol poniente, como en tarjetas postales que había visto y en el cuadro que mi padre pintó, perdido como casi todos después de la guerra.”
(Carmen Martín Gaite, 
Entre visillos)



“En este patio que se cierra al mundo
y con ruinosa crestería borda
limpio celaje, al pie de la fachada
que de plateros
ostenta filigranas en la piedra
en este austero patio, cuando cede
el vocerío estudiantil, susurra
voz de recuerdos.”
                           (Miguel de Unamuno)



II) En la Modalidad Mejor fotografía, las ganadoras han sido Carla Figuero Casas, de 3º ESO D, Laura Figuero Casas y María Figuero Casas, de 1º ESO D, autoras de esta foto homenaje a nuestro centro en la celebración de su aniversario.


Enhorabuena a las galardonadas
gracias a todos los que habéis participado.

8 de marzo de 2020

Galdós 2020 (IV): Tristana (Día Internacional de la Mujer)

Puedes leer aquí Tristana.
En el Día Internacional de la Mujer, queremos recordar las reivindicaciones que planteaba Tristana, personaje de la novela homónima de Galdós de 1892, quien, junto a Saturna, su criada, se erigía en defensora de la libertad y la independencia de las mujeres, deseos reprimidos por la férrea sociedad de la España del siglo XIX en que vivían.

Tristana


Capítulo V

«-Yo... te lo confieso, aunque me riñas, creo como él que eso de encadenarse a otra persona por toda la vida es invención del diablo... ¿No lo crees tú? Te reirás cuando te diga que no quisiera casarme nunca, que me gustaría vivir siempre libre. Ya, ya sé lo que estás pensando; que me curo en salud, porque después de lo que me ha pasado con este hombre, y siendo pobre como soy, nadie querrá cargar conmigo. ¿No es eso, mujer, no es eso?
-¡Ay, no, señorita, no pensaba tal cosa! -replicó la doméstica prontamente-. Siempre se encuentran unos pantalones para todo, inclusive para casarse. Yo me casé una vez, y no me pesó; pero no volveré por agua a la fuente de la Vicaría. Libertad, tiene razón la señorita, libertad, aunque esta palabra no suena bien en boca de mujeres. ¿Sabe la señorita cómo llaman a las que sacan los pies del plato? Pues las llaman, por buen nombre, libres. De consiguiente, si ha de haber un poco de reputación, es preciso que haya dos pocos de esclavitud. Si tuviéramos oficios y carreras las mujeres, como los tienen esos bergantes de hombres, anda con Dios. Pero, fíjese, sólo tres carreras pueden seguir las que visten faldas: o casarse, que carrera es, o el teatro... vamos, ser cómica, que es buen modo de vivir, o... no quiero nombrar lo otro. Figúreselo.
-Pues mira tú, de esas tres carreras, únicas de la mujer, la primera me agrada poco; la tercera menos, la de enmedio la seguiría yo si tuviera facultades; pero me parece que no las tengo... Ya sé, ya sé que es difícil eso de ser libre... y honrada. ¿Y de qué vive una mujer no poseyendo rentas? Si nos hicieran médicas, abogadas, siquiera boticarias o escribanas, ya que no ministras y senadoras, vamos, podríamos... Pero cosiendo, cosiendo... Calcula las puntadas que hay que dar para mantener una casa... Cuando pienso lo que será de mí, me dan ganas de llorar. ¡Ay, pues si yo sirviera para monja, ya estaba pidiendo plaza en cualquier convento! Pero no valgo, no, para encerronas de toda la vida. Yo quiero vivir, ver mundo y enterarme de por qué y para qué nos han traído a esta tierra en que estamos. Yo quiero vivir y ser libre... ».

4 de marzo de 2020

Animación a la lectura... con Fernando Saldaña

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Leyendas tradicionales

   Nuestros alumnos de 1º de la ESO, guiados por la magia y las palabras de Fernando Saldaña, han disfrutado de una selección de leyendas tradicionales con un hilo común, la presencia del diablo. La historia de la Cueva de Salamanca, la construcción del Acueducto de Segovia o la leyenda del sillón del diablo han cobrado vida ante nuestros alumnos a través de la magia con la que Saldaña acompaña sus intrigantes relatos.
   Estas sesiones de narración oral han sido cortesía de la editorial Oxford, a la que agradecemos su estrecha colaboración con nuestro instituto.


3 de marzo de 2020

30 años de... literatura española


Este año estamos de aniversario. Nuestro instituto cumple 30 años y para celebrarlo queremos acompañarnos de algunas de las obras de nuestra literatura publicadas en estas tres décadas. Para ello, hemos realizado un recorrido por la poesía, la novela y el teatro que nos han brindado algunos de los autores con más éxito de nuestras letras desde 1990 hasta 2020. Esta es una muestra de algunos de los muchos títulos que os invitamos a degustar.










¡Feliz 30 aniversario!

1 de marzo de 2020

Galdós 2020 (III): Doña Perfecta

Puedes leer aquí Doña Perfecta.
   Os proponemos en esta tercera entrega un fragmento de Doña Perfecta (1876), una de las mejores novelas de tesis de Benito Pérez Galdós, con la que denuncia la "tragedia de España", el fanatismo religioso y la intolerancia característicos de una sociedad inmovilista. Conozcamos un poco mejor a su protagonista, una mujer realmente maquiavélica, en la que el autor personifica la intransigencia y la hipocresía de esa sociedad.

Capítulo XXXI

Doña Perfecta

Ved con cuánta tranquilidad se consagra a la escritura la señora doña Perfecta. Penetrad en su cuarto, a pesar de lo avanzado de la hora, y la sorprenderéis en grave tarea, compartido su espíritu entre la meditación y unas largas y concienzudas cartas que traza a ratos con segura pluma y correctos perfiles. Dale de lleno en el rostro y busto y manos la luz del quinqué, cuya pantalla deja en dulce penumbra el resto de la persona y la pieza casi toda. Parece una figura luminosa evocada por la imaginación en medio de las vagas sombras del miedo.
Es extraño que hasta ahora no hayamos hecho una afirmación muy importante, y es que Doña Perfecta era hermosa, mejor dicho, era todavía hermosa, conservando en su semblante rasgos de acabada belleza. La vida del campo, la falta absoluta de presunción, el no vestirse, el no acicalarse, el odio a  las modas, el desprecio de las vanidades cortesanas eran causa de que su nativa hermosura no brillase o brillase muy poco. También la desmejoraba mucho la intensa amarillez de su rostro, indicando una fuerte constitución biliosa.
Negros y rasgados los ojos, fina y delicada la nariz, ancha y despejada la frente, todo observador la consideraba como acabado tipo de la humana figura: pero había en aquellas facciones cierta expresión de dureza y soberbia que era causa de antipatía. Así como otras personas, aun siendo feas, llaman, doña Perfecta despedía. Su mirar, aun acompañado de bondadosas palabras, ponía entre ella y las personas extrañas la infranqueable distancia de un respeto receloso; mas para las de casa, es decir, para sus deudos, parciales y allegados, tenía una singular atracción. Era maestra en dominar, y nadie la igualó en el arte de hablar el lenguaje que mejor cuadraba a cada oreja.
Su hechura biliosa, y el comercio excesivo con personas y cosas devotas, que exaltaban sin fruto ni objeto su imaginación, la habían envejecido prematuramente, y, siendo joven, no lo parecía. Podría decirse de ella que con sus hábitos y su sistema de vida se había labrado una corteza, un forro pétreo, insensible, encerrándose dentro como el caracol en su casa portátil. Doña Perfecta salía pocas veces de su concha.

14 de febrero de 2020

Versos con amor


 Para celebrar el 14 de febrero “con mucho amor” os proponemos la lectura de dos famosos poemas de Luis Cernuda, dos hermosas declaraciones de amor con las que evocar la enorme fuerza de este sentimiento universal y de sus efectos.

Te quiero...

Te quiero.

Te lo he dicho con el viento
jugueteando tal un animalillo en la arena
o iracundo como órgano tempestuoso;

te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;

te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;

te lo he dicho con las plantas,
leves caricias transparentes
que se cubren de rubor repentino;

te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,

te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta;
más allá de la vida
quiero decírtelo con la muerte,
más allá del amor
quiero decírtelo con el olvido.

Si el hombre pudiera decir lo que ama...

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero,  porque no he vivido.

5 de febrero de 2020

Galdós 2020 (II): Fernando, el Deseado

   En esta segunda entrega, os proponemos un fragmento de La fontana de oro (1870), la primera novela de Benito Pérez Galdós. Se trata de una novela histórica enmarcada en el reinado de Fernando VII, el "rey felón" para unos y el "rey deseado" para otros. Galdós le dedica uno de los últimos capítulos de la novela, "Fernando, el Deseado", que se inicia con este caricaturesco retrato:


Retrato de Fernando VII,
 por Vicente López Portaña
Fernando no contestó: había inclinado la cabeza y parecía muy meditabundo. La luz de una lujosa lámpara le iluminaba completamente el rostro, aquel rostro execrable que, para mayor desventura nuestra, reprodujeron infinidad de artistas, desde Goya hasta Madrazo. Es terrible la infinita abundancia de retratos de aquella cara repulsiva que nos legó su reinado. España está infestada de efigies de Fernando VII, ya en estampa, ya en lienzo. Esa cara no se parece a la de tirano alguno, como Fernando no se parece a ningún tirano. Es la suya la más antipática de las fisonomías, así como es su carácter el más vil que ha podido caber en un ser humano. Estupenda nariz, que sin ser deforme como la del conde-duque de Olivares, ni larga como la de Cicerón, ni gruesa como la de Quevedo, ni tosca como la de Luis XI, era más fea que todas estas, formaba el más importante rasgo de su rostro, bastante lleno, abultado en la parte inferior, y colocado en un cuerpo de buenas proporciones. La vanidad austriaca no hubiera puesto su boca prominente debajo de la nariz borbónica, símbolo de doblez, con más acierto y simetría que como estaba en la cara de Fernando VII. Dos patillas muy negras y pequeñas le adornaban los carrillos, y sus pelos erizados a un lado y otro parecían puestos allí para darle la apariencia de un tigre en caso de que su carácter cobarde le permitiera dejar de ser chacal. Eran sus ojos grandes y muy negros, adornados con pobladísimas cejas que los sombreaban, dándoles una apariencia por demás siniestra y hosca.
Respecto a su carácter, ¿qué diremos? Este hombre nos hirió demasiado, nos abofeteó demasiado para que podamos olvidarle. Fernando VII fue el monstruo más execrable que ha abortado el derecho divino. Como hombre, reunía todo lo malo que cabe en nuestra naturaleza; como Rey, resumió en sí cuanto de flaco y torpe pueda caber en la potestad real. […] Fernando fue mal hijo: conspiró contra su padre Carlos IV, cuya imbecilidad no disminuía el valor de su benevolencia; conspiró contra el Trono que debía heredar más tarde, y aun amenazó la vida del que le dio el ser. Después se arrastró a los pies de Napoleón como un pordiosero, mientras España entera sostenía por él una lucha que asombró al mundo. Al volver del destierro, pagó los esfuerzos de los que él llamaba sus vasallos, con la más fría ingratitud, con la más necia arrogancia, con la anulación de todos los derechos proclamados por los constituyentes de Cádiz, con el destierro o la muerte de los españoles más esclarecidos; encendió de nuevo las hogueras de la Inquisición; se rodeó de hombres soeces, despreciables e ignorantes, que influían en los destinos públicos, […]; persiguió la virtud, el saber, el valor; dio abrigo a la necedad, a la doblez,  a la cobardía, las tres fases de su carácter. […] …terminó en 1833, en que Dios arrancó de la tierra el alma del Rey, y entregó su cuerpo a los sótanos del Escorial, donde aún creemos que no ha acabado de pudrirse.


Puedes leer aquí La fontana de oro.