22 de mayo de 2016

Premio VIII Concurso de Relato Corto Francisco Salinas

Fotografia de Sara Santadaría, 4º ESO
   
   Este año, nuestro concurso de Relato Corto tenía como lema "El viaje". Felicitamos a la ganadora, Carla Díaz Sánchez, de 1º Bach. A, por su magnífico relato con el que nos embarca en un viaje a través de la imaginación. Os invitamos a disfrutar con su lectura.

¿Jugamos a un juego?


El cuaderno yacía intacto en mis piernas, abierto por una de las muchas páginas en blanco, esperando la inspiración de su dueña, pero yo estaba sin ideas. El librito parecía nuevo, lo que es irónico, porque me lo habían regalado al cumplir los 13 años y llevaba desde entonces escondido al fondo de un cajón. Tras una pedante conversación con mi subconsciente en la que me llamaba cobarde, decidí rescatarlo de su prisión. Mi cuaderno de viajes empezaba su vida en ese momento pero por lo visto iba a llevar una vida aburrida, mi creatividad estaba sin cobertura.
Frustrada, levanté la vista hacia el exterior y me entretuve observando las vías, que parecían pasar velozmente a nuestro paso. Cuando me aburrí de la monotonía del intrincado de metales por el que viajábamos, giré la cabeza hacia los asientos vacíos de la cabina, dándome cuenta de que ya no estaba sola. Un hombre bajito con un sombrero de copa me miraba divertido, con sus gafas de culo de vaso resbalando por una muy respingona nariz.
-   A mí también me costó al principio –me dijo levantando el cuaderno de viajes de su anterior lugar.
Yo le sonreí, ya que no sabía qué decirle. Él siguió hablando.
-   ¿Jugamos a un juego?
No había aceptado jugar pero al hombrecillo le pareció que mi silencio era un claro “sí”.
-   Cierra los ojos y piensa en tu viaje perfecto. ¿Qué ciudades te gustaría conocer?
Comencé a responderle pero me tapó la boca y me pidió que no le dijera las ciudades, que solo las pensara.
Nos quedamos en silencio y yo seguí sus instrucciones, agarrando fuerte mi bolsa por si trataba de hacer algo. Al fin y al cabo no le conocía.
Pronto, el suave traqueteo me adormeció las articulaciones y el sueño amenazó con llevarme, así que abrí los ojos, encontrándome el lugar vacío de nuevo. Salí al pasillo, poco convencida de estar del todo despierta, hasta llegar a una de las salidas del tren y dar unos pasos fuera.                                                      
Tenía que estar alucinando. Me encontraba en medio de la plaza del Trocadero, a escasos metros de la torre Eiffel, que se erguía imponente ante mí. Caminé vacilante hacia delante y de pronto un hombre con bigote me arrolló, provocando una estrepitosa caída. Segundos después, una mano se interpuso en mi visión y la agarré agradeciendo la ayuda con un susurro. Era el mismo hombre que me había hecho caer, pero ahora llevaba un periódico bajo el brazo, The New York Times.
Cuando leí el título levanté bruscamente la cabeza, adivinando rápidamente que estaba en Central Park.
-   ¿Qué está pasando? –pregunté al cielo y me tiré sobre la hierba, escondiendo la cabeza entre mis manos.
Alguien golpeó mi hombro varias veces y, como no se cansaba, me resigné a hacer caso a la insistente persona. Una mujer de tez lisa y ojos achinados me sonreía, ofreciéndome algo de una bandeja. Me fijé en que eran unos pobres escorpiones cruelmente ensartados y me alejé negando la oferta con una mueca. Estaba maravillada con la cantidad de mercados que había a mi alrededor, vendiendo todo tipo de cosas. Algunos puestos de comida vendían animales y bichos que no tenía intención alguna de consumir.
Al entrar en un curioso establecimiento, me rodeó un olor a especias que no conocía, y que seguramente invadía cada rincón de la tienda. Recorrí mentalmente las ciudades que quería visitar y supe que estaba en Estambul. Inspiré tranquilamente el aroma del bazar, sintiendo el dulce aire llenando mis pulmones. Un fuerte perfume me hizo estornudar y mi trance se vio interrumpido para sacar un  pañuelo de mi pantalón.
Mientras desenterraba mi nariz del trapo me llegó a los lejos una melodía cantada por una poderosa voz de mujer. No estaba segura, pero el gran edificio de alas bancas frente a mí me confirmó que mi nuevo destino era Sydney. Preciosa era la obra y afortunados los que podíamos escucharla.
De repente, el terreno comenzó a moverse y un repentino parón me devolvió a la realidad. Había llegado a mi verdadero destino. No había pan ni parques, mercados, bazares ni ópera, solo un tren vaciándose en una tediosa estación.
Estaba decepcionada, ¿había sido todo un sueño? Cogí el cuaderno, que había caído al suelo, y noté que había algo diferente en él. Curiosa, lo abrí y, al ver su interior, me quedé petrificada y a la vez entusiasmada. Las páginas estaban llenas de colores, de imágenes, de aromas y de sonidos. Recuerdos de un viaje inverosímil, pero que no había sido solo un sueño.
Golpearon el cristal del compartimento y pegué un bote, dándome en la cabeza con el techo. Mi tío me saludaba desde el otro lado, ansioso por abrazarme, así que me apresuré a salir y dejé que me envolviera en sus brazos y me colmara de besos. Atrapada en una masa de amor y sin posible salida, divisé entre la gente un sombrerillo que se me hacía familiar. Justo antes de ser liberada, el hombre del juego se giró hacia mí, levantó su sombrero y me guiñó un ojo.
Un segundo después, el gentío se lo había comido.
Carla Díez Sánchez (1º Bach. A)

GRACIAS A TODOS LOS QUE  HABÉIS PARTICIPADO EN ESTA EDICIÓN.
OS ESPERAMOS NUEVAMENTE EL PRÓXIMO CURSO.

18 de mayo de 2016

El Rincón de la Poesía

Antonio Colinas
Antonio Colinas,

Premio Reina Sofía 
de 
Poesía Iberoamericana

El escritor Antonio Colinas ha sido galardonado con el XXV Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, convocado conjuntamente por la Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional.
“El inicio de su poesía estuvo muy marcada por el culturalismo de la época para posteriormente cantar como nadie el paisaje y llegar a una poesía muy intimista, con clara influencia de poetas castellanos como San Juan de la Cruz”, ha señalado el portavoz del jurado.
La obra de Colinas es muy variada, ya que ha publicado poesía, novela, ensayo y memorias. Trabajos merecedores, entre otros, del Premio Nacional de la Crítica (1975), el Premio Nacional de Literatura (1982) o el Premio de las Letras de Castilla y León (1999).
Nacido en La Bañeza, León, en 1946, Antonio Colinas es autor de obras tan significativas como Poemas de la tierra y de la sangrePreludios a una noche totalSepulcro en TarquiniaNoche más allá de la noche y Canciones para una música silente. Acaba de publicar recientemente su autobiografía poética Memorias del estanque.

Leer un fragmento
Leer un fragmento
                      
                         Fe de vida

Esperar junto a este mar (en el que nacieron las ideas)
sin ninguna idea. (Y así tenerlas todas.)
Ser sólo la brisa en la copa del pino grande,
el aroma del azahar, la noche de las orquídeas
en las calas olvidadas.

Sólo permanecer viendo el ave que pasa
y no regresa; quedar
esperando a que el cielo amarillo
arda y se limpie con los relámpagos
que llegarán saltando de una isla a otra isla.
O contemplar la nube blanca
que, no siendo nada, parece ser feliz.
Quedar flotando y transcurriendo de aquí para allá,
sobre las olas que pasan,
como un remo perdido.
O seguir, como los delfines,
la dirección de un tiempo sentenciado.

Ser como la hora de las barcas en las noches de enero,
que se adormecen entre narcisos y faros.
Dejadme, no con la luz del conocimiento
(que nació y se alzó de este mar),
sino simplemente con la luz de este mar.
O con sus muchas luces:
las de oro encendido y las de frío verdor.
O con la luz de todos los azules.

Pero, sobre todo, dejadme con la luz blanca,
que es la que abrasa y derrota a los hombres heridos,
a los días tensos, a las ideas como cuchillos.
Ser como olivo o estanque.
Que alguien me tenga en su mano como a puñado de sal.
O de luz.

Cerrar los ojos en el silencio del aroma
para que el corazón –¡al fin!– pueda ver.
Cerrar los ojos para que el amor crezca en mí.
Dejadme compartiendo el silencio
y la soledad de los porches,
la hospitalidad de las puertas abiertas; dejadme
con el plenilunio de los ruiseñores de junio,
que guardan el temblor del agua en las últimas fuentes.
Dejadme con la libertad que se pierde
en los labios de una mujer.
(De Libro de la mansedumbre)

Para leer más sobre este autor, pulsa aquí.

24 de abril de 2016

El Rincón de la Poesía

Fernando del Paso
“Para mí, la poesía es la expresión más alta que puede haber.”
Fernando del Paso


PREMIO CERVANTES 2015

   Fernando del Paso (Ciudad de México, 1935) es uno de los escritores más importantes de las letras mexicanas del siglo XX. Autor de novelas como José Trigo (1966) o Palinuro de México (1977), su trabajo le ha valido premios tan distinguidos como el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en 1991; el Rómulo Gallegos, en 1982; o el Premio Cervantes 2015, el máximo galardón de literatura en castellano, que acaba de recibir por su “aportación al desarrollo de la novela aunando tradición y modernidad”.

   Sin embargo, nos acercamos hoy a su faceta de poeta (Sonetos  de lo diario, 1958;  Sonetos del amor y de lo diario, 1997; Castillos en el aire, 2002; y PoeMar, 2004) con uno de sus primeros sonetos y con un poema inédito:

Como el oro, por rubio, es tu cabello.
El oro y el otoño, que es su hermano,
se despiden, volando, del verano
y viajan, río abajo, por tu cuello.

Y yo, que me robé y guardé un destello
en el hueco más claro de la mano,
una carta, en las hojas de un manzano
te escribo con su brillo, la embotello

en un litro de luz y te la envío,
y dice así: “el mar, mi casa entera,
el corazón, mis ojos, cinco rosas:

por ahogarme de nuevo en ese río
de dorada quietud, qué no te diera:
mi peso en oro, en sol, en mariposas...”

                                                        De Sonetos de lo diario, 1958


Cuestión de identidad

La palabra no es vieja,
por fortuna.
Yo no soy la palabra,
por desgracia.

Cuando la palabra me dice,
la palabra me retrata.
Cuando digo a la palabra,
la palabra se espanta.

La palabra es un río cuando el río es un cometa.
Un cometa es la nube cuando la nube llueve,
la nube llueve cuando en mi cuaderno
escribo la palabra “lluvia” mil veces.

Yo no soy la palabra
pero quisiera serlo
para volar con ella
de tiempo en tiempo,
de boca en boca.

23 de abril de 2016

Día del Libro con Cervantes y Shakespeare

Homenaje a los dos autores.
"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; 
con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; 
por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida."
M. de Cervantes, El Quijote (cap. LVIII)

“We are such stuff
As dreams are made on, and our little life
Is rounded with a sleep.”
W, Shakespeare, The Tempest (Act 4, scene 1, 148–158)

Como no podía ser de otra manera, os proponemos celebrar este día leyendo a Cervantes y a Shakespeare, el mejor homenaje que se le puede rendir a un autor. Y podéis elegir entre sus clásicos de siempre o entre alguna de las muchas obras que se han dedicado a profundizar en las azarosas vidas de estos autores, grandes entre los grandes.

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16 de abril de 2016

Cervantes y Shakespeare

Retratos de Shakespeare y de Cervantes

400 AÑOS

DE 

CERVANTES Y SHAKESPEARE

Con motivo del 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare, el hall del instituto se ha poblado con carteles sobre la vida, la obra y la época de ambos autores; los acompañan originales caligramas en los que podemos leer algunos de los episodios más conocidos de El Quijote y marcapáginas con frases de estos dos genios de la literatura universal. Con ellos, nuestros alumnos se unen a esta celebración y lo hacen practicando los idiomas de Shakespeare y Cervantes.

No os perdáis los originales caligramas
donde podéis leer fragmentos de El Quijote.













En Literatura castellana han profundizado
en la época y en la obra de Cervantes.




Los alumnos de Ciencias Sociales British
han recreado la vida
y la época histórica de Shakespeare.

Los clásicos universales inspiran a nuevos genios.
Agradecemos la labor de los profesores de los departamentos de Ciencias Sociales (British), Inglés y Lengua por su colaboración para hacer posible esta celebración.

7 de abril de 2016

Literatura y magia

SESIÓN DE ANIMACIÓN A LA LECTURA 
CON FERNANDO SALDAÑA

El jueves 7 de abril, nuestros alumnos de 2º y 3º ESO han podido disfrutar de una sesión de Animación a la Lectura con Fernando Saldaña, quien, a partir de la narración de algunos cuentos de El conde Lucanor, ha demostrado que en la literatura, como en la magia, todo es posible.

Desde aquí agradecemos a la editorial Oxford que nos haya proporcionado esta interesante y divertida actividad. Y aplaudimos el talento y buen hacer de Fernando Saldaña


2 de abril de 2016

Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil

Hoy se celebra el Día Internacional del Libro Infantil por conmemorarse el nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen. El objetivo es promocionar los libros infantiles y juveniles así como la lectura entre los más jóvenes.
Este año el país encargado de la organización es Brasil. El mensaje ha sido redactado por la autora de libros infantiles Luciana Sandroni, y las ilustraciones y el cartel han sido realizados por el dibujante y caricaturista Ziraldo.



Erase una vez…

Erase una vez una… ¿Princesa? No.
Érase una vez una biblioteca. Y érase también una vez una niña llamada Luisa que fue a la biblioteca por primera vez. La niña caminaba despacio, tirando de una mochila de rueditas enoooorme. Observaba todo con admiración: estantes y más estantes repletos de libros. Mesas, sillas, almohadas de colores, dibujos y carteles en las paredes.
— Traje la foto — le dijo tímidamente a la bibliotecaria.
— ¡Muy bien Luisa! Voy a inscribirte. Mientras tanto puedes ir escogiendo el libro. ¿Sabes que puedes llevarte un libro a casa?
— ¿Uno sólo? — Preguntó decepcionada.
En ese mismo instante sonó el teléfono y la bibliotecaria dejó a la niña con la tan difícil tarea de elegir un único libro en la infinidad de estantes. Luisa arrastró su mochila y buscó, buscó hasta que encontró su libro favorito: Blancanieves. Se trataba de una edición de tapa dura, con hermosas ilustraciones. Con el libro en la mano empujó su mochila de nuevo y, cuando ya estaba a punto de salir salir, alguien le tocó el hombro. La niña se dio la vuelta y casi se cae para atrás del susto: nada más y nada menos era el Gato con Botas con su libro en la mano, ¡digo, entre las patas!
— Buenos días, ¿Cómo estás? — le dijo haciendo una reverencia.
— Luisa, ¿Acaso no te sabes de memoria todas esas historias de princesas? ¿Por qué no te llevas mi libro El Gato con Botas, que es mucho más divertido?
Luisa con la boca abierta no sabía qué decir.
— ¿Qué te pasa? ¿Te comió la lengua el gato? — Bromeó.
— ¿Eres el Gato con Botas de verdad, verdad?
— ¡Si, en persona, digo, de carne y hueso! Llévame a tu casa y sabrás todo sobre mi historia y la del Marqués de Carabas.
La niña, de tan perpleja, solo conseguía asentir con la cabeza. El Gato con Botas, con un toque de magia regresó a su libro y, cuando Luisa estaba a punto de salir de la biblioteca, volvió a sentir un toque en el hombro. Era ella: “blanca como la nieve, colorada como la sangre y con cabellos negros como el ébano”. ¿Adivinaste?
— ¡¿Blancanieves!? — dijo Luisa anonadada.
— Luisa, llévame contigo también. Esta edición — dijo mostrándole su propio libro — es una adaptación auténtica del cuento de los hermanos Grimm.
Cuando la niña estaba a punto de coger el libro, el Gato con Botas apareció molesto:
— Blancanieves, Luisa ya escogió. Vete con tus seis enanos.
— ¡Son siete y no seis! ¡Y ella aún no ha escogido! — le dijo Blancanieves roja de cólera.
Los dos miraban a la niña esperando una respuesta:
— No sé cuál llevar…quería llevármelos todos…
De repente, sucedió algo increíble: fueron saliendo de los libros… Cenicienta, Caperucita Roja, Rapunzel. Un equipo completo de princesas de verdad:
— Luisa llévame a tu casa — le suplicaban todas.
— Yo sólo necesito una cama para dormir un rato — dijo la Bella Durmiente mientras bostezaba.
— Solo cien años — dijo el Gato burlándose.
— Puedo limpiar tu casa, pero de noche tengo una fiesta en el castillo del ….
— ¡Príncipe! — gritaron todos.
— En mi cesta tengo torta y vino. ¿Quién quiere? — Ofreció Caperucita.
Y continuaron apareciendo más personajes: el Patito Feo, la Vendedora de Fósforos, el Soldadito de Plomo y la Bailarina:
— ¿Luisa podemos ir contigo? Somos los personajes de Andersen — pidió el Patito Feo que tan feo… no era.
— ¿ Tu casa está calentita? — preguntó la Vendedora de los Fósforos.
De repente, delante de todos, apareció un lobo enorme, peludo, muy peludo, con los dientes afilados: ¡El lobo feroz!
— Lobo ¿por qué tienes esa boca tan grande? — le preguntó Caperucita por costumbre.
— Yo les protejo — dijo valientemente el Soldadito de Plomo.
El Lobo abrió la boca y… ¿Se los comió a todos? No. Solo bostezó de tanto sueño y les dijo con calma:
— Tranquilos. Sólo quería darles una idea. Luisa se lleva el libro de Blancanieves y nosotros entramos en su mochila que es muy grande.
A todos les gustó su idea.
— ¿Luisa nos dejas ir contigo?
— ¡Claro que sí! — Dijo Luisa abriendo la mochila.
Los personajes hicieron fila y fueron entrando uno a uno:
— ¡Primero las princesas! — dijo la Cenicienta.
Al final aparecieron también los personajes brasileños: el Sací, el Caipora, una muñeca de tela que no para de hablar, un niño muy loquito, una niña con una cartera amarilla, otra con la foto de su bisabuela pegada al cuerpo, un pequeño rey mandón. Todos entraron. 
La mochila pesaba más que nunca. ¡Cómo pesan los personajes! Luisa llevó el libro de Blancanieves y la bibliotecaria anotó todo en su ficha.
Poco después la niña llegó a casa feliz. Su mamá le preguntó desde la cocina.
— ¿Hija, llegaste?
— Síííí, mami, llegamos.

Escrito por Luciana Sandroni
Traducido por Elisa Toledo
Revisado por María Sampayo Bouza
Ilustrado por Ziraldo