El amor es sencillo a veces
Algo tan sencillo como ponerse de
puntillas para alcanzar una
manzana,
mirar el patio de una casa por encima de un muro,
dar un beso, hacer menos
ruido
al caminar.
El amor es preguntar
¿vienes conmigo hasta la boya amarilla?,
apuntar con un dedo el horizonte
y no tener que nadar en soledad nunca más.
El amor es no querer que te
quemes,
quitarte polen de gramínea del pelo,
preguntar
con suavidad
si tienes frío.
El amor puede ser estar mucho
rato bajo el sol con los ojos cerrados
y ser tan feliz que consigues no pensar en la muerte.
El amor puede ser también
oír una bicicleta que frena delante de tu puerta.
Pelar pipas en un banco, señalar
una trucha que salta a lo lejos
o un meteoro
que cae.
Escuchar una canción que no te gusta
y aun así pensar
la vida es buena.
El amor podríamos ser fácilmente
nosotros dos
pegándonos porque nos parece divertido,
manchándonos porque nos parece divertido,
despidiéndonos porque despedirse
es siempre divertido.
El amor es apartar
un cigarrillo de tu boca.
El amor es acariciar
los dos al mismo perro.
El amor es echar una carrera,
llorar de risa, dar una patada
por debajo de la mesa,
no avergonzarme,
ante ti,
de mi ropa vieja.
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