25 de mayo de 2020

El Rincón de la Poesía


Después de estar un tiempo alejados de la vida, de la normalidad, volvemos poco a poco a reincorporarnos a ella, con ganas de bebérnosla toda de un trago, pero sabiendo que aún es necesario mantener la distancia y que debemos guardar besos y abrazos para cuando sean seguros. Para paliar esa falta de contacto físico, os proponemos hoy dos poemas llenos de sentimientos, porque también se puede abrazar y acariciar con las palabras.
                                           
Aquellos dedos tuyos...
         Andrés Neuman

Aquellos dedos tuyos,
dormidos como en lana,
urdían la caricia y sus efectos.
¡Tocar era tan fácil
y tanto me abrigaba
desnudar esos dedos
para tejer muñecos temporales!
Ahora tejo tu sombra,
que no es poco tejer cuando se ha amado.



                  Exceso de vida
                 Juan Antonio González Iglesias

Desde que te conozco tengo en cuenta la muerte.
Pero lo que presiento no se parece en nada
a la común tristeza. Más bien es certidumbre
de la totalidad de mis días en este
mundo donde he podido encontrarme contigo.
De pronto tengo toda la impaciencia de todos
los que amaron y aman, la urgencia incompartible
de los enamorados. No quiero geografía
sino amor, es lo único que mi corazón sabe.
En mi vida no cabe este exceso de vida.
Mejor, si te dijera que medito las cosas
(fronteras y distancias) en los términos propios
de la resurrección, cuando nos alzaremos
sobre las coordenadas del tiempo y el espacio,
independientemente del mar que nos separa.
Sueño con el momento perfecto del abrazo
sin prisa, de los besos que quedaron sin darse.
sueño con que tu cuerpo vive junto a mi cuerpo
y espero la mañana en la que no habrá límites.

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